Según la leyenda lakota, un viejo lider espiritual tuvo una visión en la que una araña le hablaba mientras tejía su tela. De esa experiencia surgió una magnífica metáfora sobre la actitud ante la vida y lo que nos depara el destino. La enseñanza fue transmitida por el anciano a su pueblo y se materializó en el "atrapasueños", uno de los símbolos de la cultura lakota.
El atrapasueños es un artilugio con forma de tela de araña que los indios cuelgan sobre sus camas. En esa red, que es la vida, quedarán atrapados para siempre "los buenos sueños" mientras que todo lo malo escapará por el agujero central y no les acompañará jamás.
De hecho se trata de un mecanismo tan sencillo como eficaz; atrapar y dejar pasar. Otra cosa sería distinguir, con la misma certeza que había adquirido el sabio anciano lakota, qué es lo que debe de permanecer y qué abandonarnos.
Cuando renunciamos a nuestros deseos sería perfecto que el atrapasueños dejase escapar para siempre toda la frustración que ello conlleva. Pero puede ocurrir que esos deseos queden atrapados para siempre porque fueron buenos sueños y porque aun viajando a ninguna parte, nos tocaron el alma.
El atrapasueños es un artilugio con forma de tela de araña que los indios cuelgan sobre sus camas. En esa red, que es la vida, quedarán atrapados para siempre "los buenos sueños" mientras que todo lo malo escapará por el agujero central y no les acompañará jamás.
De hecho se trata de un mecanismo tan sencillo como eficaz; atrapar y dejar pasar. Otra cosa sería distinguir, con la misma certeza que había adquirido el sabio anciano lakota, qué es lo que debe de permanecer y qué abandonarnos.
Cuando renunciamos a nuestros deseos sería perfecto que el atrapasueños dejase escapar para siempre toda la frustración que ello conlleva. Pero puede ocurrir que esos deseos queden atrapados para siempre porque fueron buenos sueños y porque aun viajando a ninguna parte, nos tocaron el alma.
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