Hace poco hojeaba en una revista una entrevista de varias páginas a un tal Oscar Niemeyer, por lo visto toda una leyenda viva de la arquitectura mundial. La iba a pasar por alto pero me llamó la atención que destacaran en uno de los titulares la siguiente frase del arquitecto: "La vida es tener una mujer al lado, y que sea lo que Dios quiera". Inmediatamente pensé que el hombre había intentado decir una frase ingeniosa, con un toque original y excéntrico, pero había acabado diciendo una solemne estupidez. Aun así leí el párrafo del que se había extraído la frase:
-Oscar N.: "Un día me preguntaron ¿Qué piensa usted de la vida? Yo respondí: "la vida es tener una mujer al lado, y que sea lo que Dios quiera". Admito que era una frase un poco animal, una frase egoísta porque en el mundo existe la miseria, existe la pobreza y es a estos temas a los que debemos prestar atención. Por lo demás, le insisto en que la vida no tiene nada importante; es un minuto, un minuto que pasa deprisa. Lo importante es ser fraternos, simples, imaginativos, disfrutar de las personas…"
Tras leer estas reflexiones tan sensatas seguía sin comprender lo enigmático de la frase de la mujer, hasta que en el último párrafo de la entrevista encontré por fin su verdadero sentido al revelar el arquitecto que se acababa de casar por segunda vez… ¡Con noventa y nueve años! Además de lo insólito de casarse a esa edad, Niemeyer demostraba que creía sus propias palabras. Digo yo que si la vida se reduce a tener una mujer al lado, tal vez lo que él está intentando es burlar a la muerte y vivir con su segunda mujer otros 99 años más, jajajajaja.
-Oscar N.: "Un día me preguntaron ¿Qué piensa usted de la vida? Yo respondí: "la vida es tener una mujer al lado, y que sea lo que Dios quiera". Admito que era una frase un poco animal, una frase egoísta porque en el mundo existe la miseria, existe la pobreza y es a estos temas a los que debemos prestar atención. Por lo demás, le insisto en que la vida no tiene nada importante; es un minuto, un minuto que pasa deprisa. Lo importante es ser fraternos, simples, imaginativos, disfrutar de las personas…"
Tras leer estas reflexiones tan sensatas seguía sin comprender lo enigmático de la frase de la mujer, hasta que en el último párrafo de la entrevista encontré por fin su verdadero sentido al revelar el arquitecto que se acababa de casar por segunda vez… ¡Con noventa y nueve años! Además de lo insólito de casarse a esa edad, Niemeyer demostraba que creía sus propias palabras. Digo yo que si la vida se reduce a tener una mujer al lado, tal vez lo que él está intentando es burlar a la muerte y vivir con su segunda mujer otros 99 años más, jajajajaja.
Niemeyer efectivamente ronda la calidad de centenario, y a mi, devoto rendido de la mujer, la frase me gusta, que quieres que te diga
ResponderEliminarParece que entiendes bien al arquitecto y lo que quiso decir con esa frase.
ResponderEliminarPuede que también te guste ésta otra frase (menos optimista y más sombría)acerca de la vida, la mujer y la vejez:
"Cuando somos jóvenes lamentamos no tener una mujer, cuando nos hacemos viejos lamentamos no tener a la mujer"
Por cierto, que tengas un buen fin de semana.
ResponderEliminarYo más bien creo que pagaba un tributo, porque a esas edades, poco más puede hacerse en algunos terrenos.
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