Me gustan las películas de Woody Allen, algunas incluso me apasionan. Pero cuando salía del cine después de ver el último film del genio, "Cassandra´s Dream", tuve la impresión de haber visto una película adulterada, es decir, una de W.Allen, pero sin los diálogos de W. Allen y sin la trama de W. Allen.
Tampoco conseguí, como tantas veces, creerme el argumento –por otra parte original- que queriendo rizar el rizo me dio la impresión que se le fue de las manos (de haber sido un guión folletinesco de Almodóvar, tal vez la cosa habría sido diferente y más propia), así que el desenlace final de la película tuvo la nada desdeñable virtud de poner fin (valga la redundancia) a una historia que desde hacía rato se me empezaba a hacer demasiado larga.
El argumento gira en torno a la decisión que tienen que adoptar dos hermanos, (Ian, el mayor, y Terry) y, en su caso, ejecutar, como única vía de solución a sus problemas. Víctimas de un antes y un después de esa decisión y sus consecuencias, todo me pareció simplista y prosaico: la conciencia es implacable y destructiva cuando el ser humano actúa movido por la desesperación, y condescendiente y olvidadiza cuando se actúa movido por la ambición.
Y es que yo creo que W. Allen imparte lecciones magistrales sobre la ética y la torpe y pesimista condición humana, cuando lo hace desde el humor, la ironía y la mordacidad (puro desencanto), y no desde la grandilocuencia del drama y la gravedad que, de tanto decir, no me dice nada.
Reconozco que la actriz que encarna a la novia de Ian (Ayley Atwell) es muy guapa, y que ha tenido la gran suerte de encarnar una tipología femenina de lo más luminosa y sugerente. Reconozco el interés que pusieron en la interpretación de los papeles de los hermanos; Collin Farrel (cansino llorón) y Ewan McGregor, pero son actores que no me gustan especialmente, y en esta ocasión mi gusto tampoco varió. En su lugar, me parecieron magníficas las actuaciones de los actores que hacen de padre y tío de los chicos (Tom Wilkinson me encanta en cualquier papel).
Todo esto, claro está, no es más que mi modesta opinión, pero la estupenda película de Woody Allen "Match Point", en esta misma línea, me gustó infinitamente más que ésta, que considero mediocre. Incluso el título de la película; "El sueño de Cassandra", tan llamativo y ostentoso, no es más que el nombre de un barco.
Lo cierto es que esperaba mucho más del gran Woody.
Tampoco conseguí, como tantas veces, creerme el argumento –por otra parte original- que queriendo rizar el rizo me dio la impresión que se le fue de las manos (de haber sido un guión folletinesco de Almodóvar, tal vez la cosa habría sido diferente y más propia), así que el desenlace final de la película tuvo la nada desdeñable virtud de poner fin (valga la redundancia) a una historia que desde hacía rato se me empezaba a hacer demasiado larga.
El argumento gira en torno a la decisión que tienen que adoptar dos hermanos, (Ian, el mayor, y Terry) y, en su caso, ejecutar, como única vía de solución a sus problemas. Víctimas de un antes y un después de esa decisión y sus consecuencias, todo me pareció simplista y prosaico: la conciencia es implacable y destructiva cuando el ser humano actúa movido por la desesperación, y condescendiente y olvidadiza cuando se actúa movido por la ambición.
Y es que yo creo que W. Allen imparte lecciones magistrales sobre la ética y la torpe y pesimista condición humana, cuando lo hace desde el humor, la ironía y la mordacidad (puro desencanto), y no desde la grandilocuencia del drama y la gravedad que, de tanto decir, no me dice nada.
Reconozco que la actriz que encarna a la novia de Ian (Ayley Atwell) es muy guapa, y que ha tenido la gran suerte de encarnar una tipología femenina de lo más luminosa y sugerente. Reconozco el interés que pusieron en la interpretación de los papeles de los hermanos; Collin Farrel (cansino llorón) y Ewan McGregor, pero son actores que no me gustan especialmente, y en esta ocasión mi gusto tampoco varió. En su lugar, me parecieron magníficas las actuaciones de los actores que hacen de padre y tío de los chicos (Tom Wilkinson me encanta en cualquier papel).
Todo esto, claro está, no es más que mi modesta opinión, pero la estupenda película de Woody Allen "Match Point", en esta misma línea, me gustó infinitamente más que ésta, que considero mediocre. Incluso el título de la película; "El sueño de Cassandra", tan llamativo y ostentoso, no es más que el nombre de un barco.
Lo cierto es que esperaba mucho más del gran Woody.
¡Chapeau!
ResponderEliminarComo digo en algún comentario, si yo escribiera tan bien como tú, diría exactamente lo mismo.
La vi el día de su estreno y, ni siquiera, el título consideré apropiado.
Un saludo.
Me alegro mucho de saber que no soy la única decepcionada con esta película.
ResponderEliminarUn saludo
Pues yo no la he visto, aunque se que los decepcionados con ella son mayoría. Escuché la crítica de Carlos Boyero, de cuyo criterio me suelo fiar bastante, y va más o menos en tu línea.
ResponderEliminarTambién la impresión de algunas amigas "virtuales" en este mundo de los blogs como Desconvencida (http://desconvencida.blogspot.com) o Mary Kate (http://cuentosprescindibles.blogspot.com) van en ese sentido, lo que, unido a los problemas de accesibilidad del cine donde se proyecta en Gijón, (la inefable cadena Yelmo cineplex) me han retraido de ir a verla.
un beso