LA MANCHA HUMANA


No acostumbro a releer libros. Por supuesto que hay libros que me gustan tanto que empezaría otra vez a leerlos nada más terminarlos. Pero este particular dogma no responde a una cuestión de gustos sino a un aspecto más cercano a la moral: mi conciencia me dificulta esta tarea en cuanto recuerdo la cantidad de libros, de autores, que me quedan por descubrir y disfrutar. ¿Cómo voy a releer Crimen y Castigo cuando aún no he tenido la oportunidad de leer Madame Bovary? ¿Cómo puedo adentrarme de nuevo, sin reticencias, en las desventuras de Julien Sorel si antes no he podido observar de primera mano los remordimientos de Humbert Humbert? Cuando releo, en definitiva, no puedo desprenderme de la sensación de que estoy perdiendo un tiempo que podría estar empleado en la perentoria obligación vital de la lectura iniciática. La vida es demasiado corta como para releer.

Sin embargo, como casi siempre, este principio personal no escapa a la excepción. Estos días pasados me he dado el gustazo de mancharme, por segunda vez, con la humanidad de Philip Roth, con su prosa sabia, amena y desprovista de artificio, con una novela que habla con sinceridad de verdades y mentiras. Sé que de seguir así voy a tener que cambiar lo de Mundo de solos por Mundo de Roth (¡qué más quisiera!) pero es que su literatura ejerce sobre mí una fuerza atractiva irresistible. La única manera de librarse de Roth es caer en él.

Antes de hablar sobre el libro me gustaría hacer una pequeña aclaración: quien haya visto la película del mismo título no debería pensar que ésta representa al libro; quien no la haya visto debería seguir sin verla. Groucho Marx decía que la justicia militar es a la justicia lo que la música militar a la música. Yo, ahondando en las analogías, diría que La Mancha Humana (película) es a La Mancha Humana (novela) lo que Sarah Jessica Parker a la belleza femenina.

Nunca tuve complejo de contraportada así que no voy a empezar a desglosar el argumento. Nunca me ha gustado ejercer de taxidermista literaria, por lo que prefiero hablar de las percepciones y sensaciones que emanan de la novela y se adscriben a la esfera de lo meramente personal. La narración gira en torno a un hombre (Coleman Silk)... y a una mentira. Una mentira que condiciona toda una vida, una mentira que se convierte en la clave de una existencia. Todos hemos sentido alguna vez lo que es estar guarecidos bajo su sombra ardiente, soportar su pesada carga sobre nuestros hombros: en primer lugar está nuestra conciencia –hasta el más nihilista no puede evitar cierto malestar cuando miente– y en segundo lugar está el miedo a ser descubierto. ¿Quién no sintió eso cuando siendo adolescente falsificó sus notas? ¿Quién puede ser ajeno a esas dos sensaciones cuando le ha sido infiel a su pareja? Ejemplos hay miles, pero creo que cualquier persona puede identificar estas sensaciones en algún momento de su historia personal. La cuestión es que dichos ejemplos y cualquier otro son transitorios, no dejan de ser circunstanciales: pertenecen a un periodo concreto de nuestra vida e incluso se relacionan directamente con un entorno próximo y restringido. ¿Pero que ocurre cuando debes convivir el resto de tu vida con una mentira que impregnará todos tus actos vitales? Hay que imaginar por un momento las dos sensaciones anteriormente descritas (mala conciencia y miedo) pero amplificadas hasta el paroxismo, eternas, sabiendo que sólo morirán con la muerte. Eso es lo que plantea Roth en The Human Stain.

Bajo mi punto de vista el gran valor del libro reside en dos aspectos: por una parte la memoria emotiva de Roth permanece intacta y luminiscente. No conozco a un escritor más evocador, que sepa pintar cada palabra con el sabor de la nostalgia. Cada persona vive dos vidas: la que vive y la que recuerda. Roth se asoma a los recuerdos para contemplarlos con felicidad y tristeza. ¿Qué son los recuerdos sino imágenes inconexas salpicadas por la felicidad de lo que se ha vivido y envueltas por la tristeza de lo que no se va a volver a vivir? Es el gran poeta de la melancolía.

Por otra parte, la novela encierra una de las mayores burlas a lo políticamente correcto que he presenciado en mi vida (¿Soy a la única que le repugna una expresión tan políticamente correcta como “políticamente correcto?). No desvelaré nada al respecto, pero puedo asegurar que en la novela se produce un hecho (relacionado con la gran mentira) que constituye un monumento a la ironía. Un ataque frontal del escritor norteamericano contra esa falsa moralina, esa dictadura axiológica, que está germinando poderosamente en occidente.

Una obra maestra firmada por un sentimental... con muy mala leche.



A Argamenón, otro sentimental con...



29 comentarios:

  1. como se disfruta aqui en estas Tierras Tuyas...y quizás de todos.
    besos

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  2. Sabes que comparto contigo la veneraci�n por Philip Roth. Tampoco he visto la pel�cula (me "escamaba" la presencia de Nicole Kidman, una de mis fobias insuperables; por parecida raz�n -Pen�lope Cruz, en este caso-tampoco he visto la adaptaci�n que Isabel Coixet (excelente directora, por otra parte) ha echo de "El animal moribundo" con el t�tulo de "Elegy". Y sabes que, por otro lado, considero est�pida la vieja pol�mica sobre la superioridad de la novela sobre el cine o viceversa.

    un beso, amiga

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  3. ¿Cómo podría agradecerle su dedicatoria, su insinuación, y que ambas las exprese sobre un acertadísimo comentario a una de las obras de mi idolatrado Roth? ¡Gracias de verdad!
    Desde el momento mismo en que casualmente la encontré empecé a disfrutar con sus escritos; podía comentarlos o no, pero los leía, releía, interpretaba, asentía o discrepaba. Jamás alguno de ellos me dejó indiferente. Disfruté de la forma y del fondo, ambos en sus justos términos, y me llevaron a leer otros anteriores que igualmente me convencieron plenamente: eran una autentica delicia, sin que delicia se deba entender como sinónimo de amable y además excluya cualquier otro adjetivo de signo contrario. Es decir, eran todos ellos muy vitales. Pero yendo a lo que iba; lo que quería decirle es que siempre me sorprendió que una persona tan contundente y sobre todo certera en sus análisis se molestará en comentar y en tener en consideración lo que para mi es una especie de exteriorización de sentimientos contradictorios, de emociones confusas y casi siempre en blanco y negro, de debilidades manifiestas, de esperanzas tambaleantes, y de mil brindis al sol y a la luna, por aquello de no pretender dar por seguro nada en donde casi todo pudiera ser posible aunque no probable. ¿Y por qué esa sorpresa? Pues porque yo solo escribo por escribir, sin más. Porque conociendo mis carencias gramaticales y de otras índoles las asumo, pretendo salir airoso de ellas, y sólo digo lo que digo, a pesar de mi mismo, porque mientras lo digo seguramente soy más yo que otra cosa. Y mientras escribo disfruto, y me altero, y me contradigo, y doy tres vueltas más a la tuerca para intentar no quedar tan en evidencia frente a nadie, aunque sea plenamente consciente que yo mismo, en mi anonimato, soy más nadie que los demás; soy simplemente esa ensoñación que aventuré en un primer escrito: una extraña mezcla entre guerrero y argonauta en busca de sí mismo con un punto de arrogancia. Sorprendido, - le digo,- porque yo si puedo leer y releer lo que usted escriba o lo que escriba Roth, pero nunca lo que haya escrito yo mismo que, una vez fuera de mi, deja de interesarme, y me sorprende, sin que sea falsa modestia, que pueda interesar a otro. En fin, que escribo y nada más. En cambio si leo: leo mucho, y releo algo, y traiciono y abandono sin miramientos si algún libro se me cae de las manos. En ocasiones me doy una segunda oportunidad y vuelvo sobre mis pasos, pero en muchas es la confirmación de un adiós definitivo asumiendo, sin remordimientos, toda la culpa ocasionada por mi falta de madurez e inconsistencia como lector, que es lo que – seguro - me lleva a ese abandono inmisericorde.
    Como usted misma dice: “la vida es muy corta”, y hay mucho por leer y muchas y grandes posibilidades de que podamos disfrutar eternamente, ¿cómo dejarnos llevar por quienes, incluso sin pretenderlo, nos hacen perder el tiempo?
    Caray, ¿y, entonces, yo que, además de no decir nada y decirlo mal, soy como las pilas de duracel, que nunca encuentro el final de lo que quiero decir,…? Pues eso, que me disculpo, corto, y cierro.
    Gracias, gracias y graciaaaaaas. Este A-r-gamenón se reconoce plenamente sentimental y también plenamente ......, sobre todo esto último, pero siempre con mejor buena voluntad que la habitualmente insinuada.
    En cuanto a su comentario lo suscribo palabra por palabra. El bueno de Roth, que habla siempre de Roth, lo dice de tal manera que es imposible mejorarlo. Su obra es de las que se leen y también se releen. Yo lo he hecho y volveré a hacerlo alguna otra vez, se lo aseguro, y si ello me imposibilita leer a algún otro monstruo de la literatura, pues peor para mi. Ya doy por sentado que es verdad aquello de que “ojos que no ven,…”.

    PD. – La culpa ha sido suya y seguramente también mía por mi falta de consistencia. Pero ya sabe que la carne es débil, y ha quedado de manifiesto una vez más y aquí mismo.

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  4. A mí me pasa al revés: últimamente releo de tanto en tanto las que he considerado en algún momento de mi vida 'cumbres de la literatura'. No me resisto a apostar por momentos de verdadero PLACER en medio de tanto bonito jardín. Como el escalador para el que lo importante no es la conquista sino el disfrute del camino en que se recrea (!) de principio a fin. Solo desde algunas cimas la vista es espectacular y el cuerpo todo diríase que vuela.
    Leeré 'La mancha humana' (mi inglés no da, de momento, para el original). Gracias.

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  5. Pues yo leo y releo tu blog y no me provoco ningún cuestionamiento moral al respecto. Aunque no soy para nada un hincha de lecturas sobre lo ya escrito, me quedo con las lecturas primeras, esas que plasman lo cotidiano o lo inmenso y que no está escrito, eso que se vive a diario y que pasa invisible y nadie da cuenta de ello, y uno lo observa y le da un pequeño giro en su propia pausa silente sin perder la inocencia, ¡hay tanto por descubrir y disfrutar, no puedo desprenderme de la sensación de que estoy perdiendo un tiempo que podría estar empleado en la perentoria obligación vital de la lectura iniciática... del día a día!. Ya lo decía alguien por ahí, la vida es demasiado corta como para leer lo ya escrito.

    Besos y enormes y agradecimientos de siempre, ya lo sabes.

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  6. El maravilloso mundo de los libros!!!

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  7. Ojo, para aclarar, cuando hablo de que leer y releer tu blog no me provoca cuestionamiento moral alguno, me refiero a que no le veo absolutamente nada malo o cuestionable, muy por el contrario, simplemente disfruto leerte.
    Eso.
    Besines

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  8. Yo leería el Quijote, pero me da fiaca, asi que esperare que alguien me lo cuente.

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  9. Hola, Sirena. ¡Qué gustazo de comentario al libro de Roth! Es un autor al que aún no he leído, pero lo cierto es que ahora estoy muy tentada...

    Un abrazo, qué bueno que ya estás por aquí. Muchas gracias por tus comentarios en mi blog, tan generosos... (quizás demasiado)

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  10. Sirena. me has convencido a la primera. Me interesa y salgo a buscar La Mancha Humana.Gracias

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  11. Escribis vos?
    Espectacular este blog.
    Voy a estar seguido por acá.

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  12. Hola Felipa... digo Sirena,

    Leeré este libro. Además, al igual que de pequeñito sentía que la música de la radio era siempre la adecuada a cómo me sentía, creo que me va a gustar leer este libro después de haberme encontrado ayer (o, mejor dicho, "encontronazado"), con alguien a quien no veía desde hace 4 años, con quién compartí unas cuantas mentiras, todas, en el fondo, hijas de la gran mentira que es la vida.

    Un beso fuerte.

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  13. Yo tampoco suelo releer libros, por una cuestión simple, prefiero leer cosas nuevas. De todas formas hay escritos que han marcado mi vida (por decirlo de alguna forma) que como son cuentos cortos por ahí son retomados años después. Y muchas veces hacer eso esta bueno, releer algo mucho tiempo después, porque te das cuenta que has crecido mucho en el camino y que por ahí ya no te sentís identificado con el protagonista o ya entendes mejor que quiso decir en tal parte porque viviste algo similar. Releer esta bueno siempre y cuando uno este preparado para la relectura. Si uno vuelve a leer algo en las mismas condiciones que lo leyó la primera vez creo que no tiene sentido.

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  14. Vidas infinitas necesitaría uno para leer lo que merece la pena ser leído.
    Ante lo imposible intento vivir la emoción, como la tuya hoy, de quien la han sentido.

    Gracias y besos.

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  15. Estoy empezando a leer a Roht, precisamente ahora lo leo: Pastoral Americana, el libro me lo regaló la hermana de mi ex novio, no sé si lo tomé como un ejercicio de nostalgia, pero me ha deslumbrado y apenas estoy comenzando.

    Ya te comentaré mi impresión total.

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  16. Cuando quieras salimos a pasear espero me lleves por la orillar de algún mar :)

    MIL GRACIAS POR EL ÁNIMO
    BESOTES

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  17. Hola
    Sirena, he quedado sin habla (en este caso sin letras) con las que decirte que me parece imposible alguien pueda mejorar un análisis de una obra.
    Si el bueno de Roht, pudiera leerlo, seguramente dudaría de que la novela superase (igual ni que estuviese ) a la altura del análisis hecho por tí
    Sirena, leyendo lo que escribes, me deja asombrada de que puedas leer mis sencillos cuentos.
    Cómo te admiro, Sirena, cómo te admiro!
    Un biquiño desde Coruña
    Diana

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  18. Hooooooooooola has despertado en mí las ganas de "saborear a Roth
    Cuando termine la laaaaaaaaaarga lista de libros que tengo pendientes igual me animo.
    Saludos desde León

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  19. Hombre, Sirena, pero lo de Humbert Humbert -¿destripe?- no son remordimientos...

    Me ha pasado lo del miedo de mi pareja, pero no a ser descubierta en su infidelidad, sino a no serlo.
    Jo.

    (Es estupendo el escrito y me animarás a leer a este tío al final.)

    Esto es una cosa que me parece sobre otra cosa: No se relee -y no estoy seguro de que se renueve del todo-. Es una cosa imposible ¿No crees? Lo de releer.

    Un abrazo.

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  20. Um, interesante reflexión a mi un libro me pasa por dentro en un momento determinado. No suelo tampoco releer libros porque pierden el significado que tenian cuando lo leí. Lo que sentía en el momento que me atravesaron es decisivo.

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  21. Si el libro realmente lo vale, entonces tenés que volverlo a leer. Me gustó el concepto de "La mancha humana". Si lo encuentro lo leo... gracias che

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  22. Y en el océano de la blogósfera vine a dar a esta isla y me ha gustado, pasaré por ella más seguido.
    Ciertamente es difícil volver a leer un libro cuando hay tantos por leer, y tan poco tiempo... Pero esas cosas llegan a suceder, quizá porque es cierto que, como un río, un libro nunca es el mismo.
    Saludos.

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  23. Hay obras maestras que merecen la pena ser leídas muchas veces.

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  24. Pues como te ha dicho un bloguero, yo sí que disfruto leyendo y releyendo tus entradas. Están llenas de sensibilidad y, sobre todo, de buen hacer... UN besazo enorme. Y hablando de leer, te recomiendo un libro "La enfermera de Brunete" de Manuel Maristany. Ya me contarás...

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  25. Sin lugar a dudas que vuelvo y silbando con mayor fuerza que antes. Por ahora debo confesar que a Rott lo lei, en el Profesor del deseo, crudo el tipo, pero me gusto su forma de escribir. Por otro lado como alguien dijo por ahi, hay obras que debiesen leerse más de una vez. Ahora mismo acabo de terminar Ensayo sobre la lucidez de Saramago y creeme que son muchos los que debieran aprenderse este libro de memoria para que no cometan los mismo errores que los protagonistas.
    Saludos desde Brasil con destino incierto por ahora, si cierto regreso a mis islas queridas.

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  26. Acabo de leer "La mancha humana". ¡¡Fantástico!! ¡¡Qué maravilla de personajes!! Estoy pensando que... ahora mismo ¡¡voy a releerlo!! (no, no lo haré. La lista de espera es, eso, infinita).

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  27. Como decía Juncal en la serie: TOMO NOTA.
    Saludos!

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  28. buenas:
    algunos libros te marcan, te dicen cosas que necesitas saber y a veces recordar...
    cada persona vive dos vidas... me gustó aunque quizá deberíamos añadir una tercera: la que anhela

    (me encanta cómo escribes)
    besos

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  29. A veces releemos para profundizar en una sensación,emoción,sentimiento;
    también para acurrucarnos en un momento confortable, para refugiarnos en un abrazo de letras.

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