"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua."
(Julio Cortázar. "Rayuela" Cap.VII)
Este texto me ha recordado también el poema "La Boca" de Miguel Hernández, de su cancionero y romancero de ausencias.
ResponderEliminarBoca que arrastra mi boca
Boca que me has arrastrado:
boca que viene de lejos
a iluminarme de rayos.
Alba que das a mis noches
un resplandor rojo y blanco.
Boca poblada de bocas
pájaro lleno de pájaros.
Canción que vuelve las alas
hacia arriba y hacia abajo.
Muerte reducida a besos,
sed de morir despacio,
das a la grama sangrante
dos tremendos aletazos.
El labio de arriba el cielo
y la tierra el otro labio.
Beso que rueda en la sombra:
beso que viene rodando
desde el primer cementerio
hasta los últimos astros.
Beso que va a un porvenir
de muchachas y muchachos,
que no dejarán desiertos
ni las calles, ni los campos.
¡Cuánta boca ya enterrada
sin boca desenterramos!
Bebo en tu boca por ellos,
brindo en tu boca por tantos
que cayeron sobre el vino
de los amorosos vasos.
Hoy son recuerdos, recuerdos
besos distantes y amargos.
Boca que desenterraste
el amanecer más claro
con tu lengua. Tres palabras
tres fuegos has heredado
vida muerte amor. Ahí quedan
escritos sobre tus labios.
También me ha venido ahora a la memoria una frase que yo escribí hace tiempo.
"Tenía sed de palabras que sólo podían pronunciar tu boca, después
bebí de tu silencio ,del pozo donde estaban guardadas las mejores palabras"
La Estrella de la constelación de Tauro.
¡Cuánto me hubiese gustado escribir estas líneas geniales, pero Cortázar se me adelantó!. Supongo que es el privilegio de los genios, ante el que los simples "junta-letras" no podemos más que reclinarnos con la boca abierta, y admirar callados (que estamos más guapos)
ResponderEliminarLA HUELLA DE UN BESO...RESTOS DE UN NAUFRAGIO...AÑORANZA DE UN AMOR
ResponderEliminarDesde la lejanía, en lo más profundo del recuerdo… apareces tú, como tus labios que se amoldan a los míos mientras cierro los ojos a la vez que pedía que nunca cesara aquella sensación. Lejos, inalcanzable se revela tu imagen en mi pensamiento sintiéndote y adentrándote; entrecortando la respiración como si aquello fuera el final de todo.
Ahora estoy aquí, en medio de ninguna parte; entre montañas que añoran la nieve y dejan el agua como recuerdo. Altos montes que acarician las nubes como dedos por tu piel, algodones por donde juegan las alas de mi pensamiento cautivo de tu deidad. Belicoso enfrentamiento entre tu ser y mi ser. Bocas que entrelazan el deseo como en un enfrentamiento pendenciero, pugnaz y marcial. Así es nuestra relación. Bocados al alma para ser devorados a la vez y… soledad cuando te marchaste.
La realidad y deseo se funden en mi mente. Añoro volverte a ver. Poner la mirada al pasado es recorrer el ayer y allí donde te conocí, en mis manos levanto una tormenta. Busco palabras que expresen el sentido de la huella que me has dejado. Quién fuera...
Desde aquí, los prados son acariciados por el viento y aquel recuerdo es el canto de una sirena, que no se pude eludir, simulando en su murmullo las olas del mar. Son sólo restos de un naufragio. La verde hierba tiene suaves danzas besando al viento, a la vez que tu talle, en tenues coreografías. Perdido en esa imagen onírica y sutil, tu mirada baila con la mía, tus ojos en mi alma y yo...abro ante ti mi corazón. Quiero morirme siendo manantial, saciando tu ser.
Hace mucho tiempo que escribí el germen de este texto y no sé si ésta es su forma definitiva. Espero que os guste.
Buscador.
Estoy de acuerdo con Leproso en que hay que admirar callados a los privilegiados. Y es obvio que también a los privilegiados no conocidos como Buscador.
ResponderEliminaraaaahhh noooo vale!!! hahaah estoy más sorprendido aun!
ResponderEliminarESTA!
mi parte favorita de Rayuela!
Este poema y ese baile podrían descastarse de tanto verlo.
ResponderEliminarEs la poesía hecha movimiento y el movimiento poesía.
(Por cierto, el bailarín podía haber sido transparente eh?)
ResponderEliminarNo sólo eres preciosa de los pies a la cabeza sino también la gracia con que te mueves, los gestos de tu sonrisa.
Ciertamente en tango está cargado de sentimiento. Muchas veces de melancolía, nostalgia o tristeza. Pero llega al alma. Yo soy muy mal bailarin. Mas bien un patoso… Pero me encantaría bailar contigo. Un tango, un vals o lo que fuera. Debe ser maravilloso tenerte cerca, moverse al compás, sentirse unidos...
Un beso