Nací un dieciocho de enero de hace menos de un millón de años; eso siempre es un consuelo. Recuerdo que ya desde pequeña me obsesionaba la idea del paso del tiempo, y es algo que nunca me ha abandonado por más que me convenzo de que es una preocupación absurda. La queja es una pérdida de tiempo, y el tiempo es finito; no se puede perder pensando en cosas que hacen daño o no comprendes. Debería intentar alegrarme el día y tomarlo con filosofía, incluso ser vitriólica y para ello nada mejor que dedicar un rato de lectura a Cioran con su corrosivo escepticismo (“No corremos hacia la muerte: huimos de la catástrofe del nacimiento”) o mejor los poemas en los que Yeats se recrea en los estragos del paso del tiempo en la mujer (“Cuando estés vieja, gris y soñolienta y cabeceando ante la chimenea…) Sí, eso me podría arreglar el día, jajajaja...Y ahora, vuelta a empezar, o mejor; paso página.
"Todo va, todo vuelve; eternamente rueda la rueda del ser. Todo muere, todo vuelve a florecer, eternamente corre el año del ser." (Nietzsche "Así habló Zaratustra")
Pues felicidades, si la felicidad es posible, que está por ver.
ResponderEliminarHola, interesante texto, espero que me visites.
ResponderEliminarLeproso, la felicidad es posible (como bien sabes) cuando encontramos las palabras y otras cosas que críamos perdidas.
ResponderEliminarUn beso
Maldita ternura, visitaré tu blog, no tanto porque me invites a él sino porque me pierden las palabras y el nombre de tu blog, por sí solo, ya es un buen motivo.
ResponderEliminarFelicidades.
(La ternura, siempre tan maldita como subyugante...)
Que cumplas muchos mas y no te deprimas hasta que sobrepases el millón (de años)
ResponderEliminarEdurne
DE PASO
ResponderEliminarRecrearse en el camino andado en muchas ocasiones es intentar revivir lo que una vez se tuvo en la mano. La huella que se guarda en la memoria puede ser un tanto imprecisa y quizás lo mejor de aquel momento sólo nos lo ofreció nuestro propio corazón.
Nuestra vida es la mejor película de la que podemos disponer. En ella está nuestro disco favorito, la persona que más queremos, el bueno, el malo, el regular, los momentos amargos, los felices, las imágenes que nunca se borrarán, momentos determinados en los que maduramos etc. etc. A medida que cumplo años todo ese amasijo que es lo que viví compone la maraña de mi vida; la ciudad que hay en mí con sus múltiples habitantes y rincones que sólo yo sé.
Pero siempre estamos de paso. A veces nuestra cabeza parece un lapicero muy viejo, tan gastado de tanto tropezar y ser usado, como hermoso por darnos cosas que son nuestra propia firma en la vida. Ser lo que soy ahora no me lo dieron regalado, y descubrir en mi interior puede ser la cosa más impresionante que he vivido y viviré. Según el camino que tomemos, en algún punto nos podremos equivocar, como es ley de vida, así que mi senda la compone lo que hay de verdad en mí (no sé si me explico): quiero decir que con esta postura he sacrificado cosas y he ganado otras.
Todo esto no es fácil porque conlleva dejar cosas personales para sentirse perdido sin saber qué hacer en momentos de soledad. Pero aquí estamos dos días y medio para mojarse el culo e intentar sacar un provechoso alimento para el alma. ¿Porqué vivir en la mentira? En este baile de perros pasarán los años y me pasarán más cosas...ya lo creo, pero mientras pueda levantarme nunca dejaré de dar lo que es de verdad, me equivoque o no.
En fin, me enrollo como una persiana y es lo que más me gusta.
De nuevo feliz cumpleaños Sirena. Tu amigo, buscador.
Buscador, tienes toda la razón; si nuestra vida es la mejor película que podemos interpretar ¿para qué protagonizar una de mentira?
ResponderEliminarGracias
Querida Amiga,
ResponderEliminarComo decía el bolero: "perdona mi tardanza, te lo ruego...."
Así que, con varios días de retraso pero con la misma intensidad, te deseo que cumplas muchísimos más. Y haciendo alusión a tu entrada en el blog acerca de este día especial, me refiero también a las palabras de Buscador en que "la vida es la mejor película de la que podemos disponer". Por eso intentemos vivirla lo mejor posible y aquí añado algo que no viene mucho al caso pero que es una de mis máximas: vivamos la vida como mejor queramos y podamos y dejemos vivir a los demás.
Con todo mi afecto: ¡Felicidades!
Hay una frase, que desconozco en estos momentos el autor,que dice: "Como no me preocupé de nacer tampoco me voy a preocupar de morir". Aunque como dicen algunas filosofías, entre ellas la budista, cuando se refieren a la ley del Karma, que quizás esto es una vida dentro de muchas vidas. Yo siguiendo los consejos de un amigo mio, procuro poner en práctica la teroria del instante, que no es ni más ni menos que el "Carpen diem ", pero más simplificada aún. Yo creo que al alma nunca envejece.
ResponderEliminarDecía Tagore algo asi : "Aunque le corten los pétalos a una flor , nunca pederá la hermosura".
Tu amigo la estrella de la constelación de Tauro.
Gracias, muchas gracias
ResponderEliminar(¡Qué más puedo decir...!)
Sentirte vacío por dentro, sentir que nada tiene consistencia en tu interior, nada es serio ni claro, todo es un juego, caprichos, tiempo y esfuerzos de otros desperdiciados por mi, por mi absurda causa, por mi absurda vida, por mi absurdo e inconsciente apetito, mi difuminado regir en la vida, Sentir que no haces nada bueno ni útil a nadie y que habiendo superado la mitad de tu vida no has hecho nada digno de mención ni de recuerdo.
ResponderEliminarEso es un año, eso es mi vida para mi a veces
Me gusta el nombre de tu blog. Qué bueno que te hayas animado a ver a Cassavetes y a leer a Bassani.Espero frecuentarte más a menudo. Hasta el próximo post
ResponderEliminarFeliz cumpleaños, Sirena. El 12 de febrero será uno de los dos míos, porque yo soy un privilegiado que tiene dos cumpleaños. A partir de esa fecha ese misterio quedará explicado en mi blog. ¡Pasalo bien por Granada!
ResponderEliminarMuchas gracias, Leproso.
ResponderEliminarEl 12 de febrero me pasaré por allí, por tu blog, para felicitarte por esa fecha "doblemente" especial.
Me temo que no ha cantado el "cumpleaños feliz" con ese ánimo que la ocupaba. Cioran suele ser buena lectura para un ánimo sólido, porque de lo contrario se aumenta la cuota de riesgo. No puedo criticarle la osadía porque me he abandonado a Pessoa en momentos oscuros, y nunca vi la luz, ¡pero qué delicia sentirse acompañado en las sombras!
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