UNAS MANOS, UN PIANO Y UN ARTISTA


A Coco, porque a veces la música no sólo ayuda a vivir. Ayuda a sobrevivir.





Me encuentro tumbada en el sofá. La habitación está envuelta en una luz tenue que la aleja prudencialmente de la oscuridad, no es cuestión de quedarse dormida tras dos minutos de horizontalidad. Mis ojos están cerrados pero levísimamente entreabiertos, como cuando dormimos, dibujados en un mapa facial que denota absoluta relajación. Me dispongo a escuchar El Concierto De Colonia (The Koln Concert) de Keith Jarret. Las primeras notas salen despedidas del altavoz del aparato de música. Un hombre y un piano, nada más. Sin más florituras ornamentales que unas manos y unas teclas que conectan la melodía con lo sublime y el ritmo con lo sagrado. Siempre que escucho este disco me entran ganas de llorar. Pero esas lágrimas no se subyugan a la tristeza. Son lágrimas esclavas de la belleza. Sí, exacto: siento ganas de llorar porque tanta belleza me rebasa. Es de ese tipo de música que te sumerge en la ilusión de que el mundo es mejor de lo que es, que la vida no es sólo vida, que el reino de lo divino puede ser de este mundo. ¡Cuanta belleza! ¿Y qué es la belleza? Contestar a esa pregunta es equiparable a intentar explicar un sentimiento. Sé que lo que estoy escuchando es cruelmente bello pero no sabría argumentar porqué. Creo que todo aquello que verdaderamente importa se sabe pero no se expresa… ¡Un momento! Esta parte me encanta. Ufff, siempre me emociono con estos acordes. Dicen que el concierto entero es una improvisación del pianista estadounidense. ¿Cómo se puede improvisar el arte?

¿Y qué es el arte? Vaya pregunta, intentar contestar a esto puede resultar incluso más atrevido que dar respuesta a lo de la belleza. Pero nada me impide meditar sobre ello, es un tema tan espinoso como apasionante. Empecemos: ¿No estoy haciendo una distinción espuria al separar los conceptos de belleza y arte?... ¡Vaya! Acaba de terminar el disco. La buena música siempre es abono (en el buen y no escatológico sentido del término) para la reflexión. No quiero zambullirme en cábalas ni ensoñaciones sin el revestimiento melódico de ese piano celestial, hoy no. Con majestuoso esfuerzo me levanto del sofá. Ando a tientas por un mundo que la pereza y el sortilegio musical aún vigente me hacen no comprender demasiado bien. Mientras me dirijo hacia el aparato de música (un auténtico vía crucis de cuatro metros) me percato del periódico que yace impertérrito encima de la mesita. Pienso: Voy a hojearlo, es bueno desengrasar mentalmente unos minutos antes de extraviarme en disgresiones imposibles. Me siento en el sofá tras coger el periódico -adviértase la agotadora y vertiginosa actividad que me veo obligada a soportar en pos de mi “aventura del saber”-, y empiezo a inspeccionarlo con desinterés. El curso de dicha labor prosigue con normalidad hasta que advierto en un recuadrito superior, a la derecha del periódico, el titular de una noticia: SE HACE PASAR POR CONCEJAL PARA MONTAR GRATIS EN LA FERIA. Nadie puede permanecer impasible ante tal sentencia, por lo que me aventuro a leer la noticia:

La policía local identificó a un hombre de 43 años después de que se hiciera pasar por concejal para disfrutar gratis de una atracción de la feria durante las pasadas fiestas. Está acusado de usurpación de cargo público y amenazó al feriante con cerrarle la atracción.

Después de leer algo así una no puede reflexionar sobre nada, ni siquiera ayudada por músicas de otro mundo. Quería discurrir largo y tendido sobre el arte pero ahora sólo soy capaz de producir un único pensamiento al respecto:

No sé lo que es el arte. Ni siquiera sé si abunda el arte en el mundo en el que vivimos…

Pero artistas hay por doquier.

34 comentarios:

  1. Keith Jarret cumplió el pasado 8 de mayo 64 años. Me toca la semana que viene (ahora mismito estoy con Lluis Llach, 7 de mayo, 61. Verás el resultado en unos meses. No he escuchado nada suyo, simplemente necesitaba un pianista). Inmediatamente me pillo el concierto del que hablas.
    Beso, bonita.

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  2. ¡El Viaje a Ítaca ... Cuántos recuerdos!

    Me alegra verte Lobezno. Besos.

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  3. Sirena... es cierto. "Artistas" hay cada vez que levantas una piedra...
    La música es la savia que nos alimenta.
    Un beso

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  4. A ver corazón, me vas disculpar pero es que ando algo espesa esta noche. La ínclita noticia dejome en franco desasosiego e inquietud también a mí, y haciéndome preguntas varias:
    ¿Coco es músico? ¿Se subido al tiovivo de la feria haciéndose pasar por Concejal? algo, de lo que le creo muy "capataz" ¿o por ventura, te estás solidarizando con los por doquier artistas, Coco entre ellos? Las dudas me corroen Sirenita... ainssss
    Aunque mi sentido común quiere suponer, que simplemente le has dedicado la entrada sin más.
    Y aparte preguntas chorras, mientras te leía he pensado que es curioso, que cuando me acerco al Blogg de Coco, casi siempre se me pinta una sonrisa de ironía, a veces un punto amarga, en la cara, cuando no, una franca carcajada. En principio nada que ver con el tuyo, donde también sonrío, aunque de otra forma, y no menos estímulante, por cierto.
    Sin embargo, a pesar de las diferencias acostumbro a irme de ambos pensando lo mismo:
    Les sobra elegancia por las "orejas" y yo no lo hubiera sabido expresar, nunca en la vida, igual de bien ¡ni de coña! (es igual el tema)Él desde el desenfado y el descaro y tú desde el análisis certero y la clarividencia. Pero los dos siempre con carga de profundidad. En fin... será que Dios los cria... y vosotros os juntais...
    Y en otro orden de cosas, difícil está definir el Arte, como todo sentimiento, cada uno lo ve desde la subjetividad. Especialmente la música ¿no?. Habrá que hacerse con ese disco de Jarret.
    Un abrazo.

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  5. Decía Keats que lo bello es la alegría forever.

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  6. No sé si llegó mi comentario... Te hablaba de la música, algo esencial para vivir. Y de la cantidad de "artistas" que hay.
    Artistas en esto del vivir y de buscarse la vida...

    Una entrada que me ha gustado mucho, con las descripciones de la luz y la música...

    Un beso

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  7. ¡PLÍÑ!, UN DIEZ SIRENITA (o lo que sea, que con esto de la moderación se me chafa el negocio)
    Como veo que nadie le ha avisado, quiero alertarle de que en el título del post, dice: ARTISA, donde todos esperábamos ARTISTA
    ¿Es acaso el concejal un artista inacabado por gorrear y que le pillen?; ¿es ARTISA la promotora de la que se valía para engañar feriantes?; ocurrió el echo en los irresistibles coches chocadores? (si es asín le entiendo); ¿le mandarán a la tele por ello?
    Como ve, yo también tengo muchas preguntas; pero me centraré en una:
    ¿porqué no me ha mandado el disco ese que la hace llorar?
    ¡Se va a enterar el GARRET ese, y si viene con BILLY THE KID les pondré las pilas a los dos
    Y hablando de pilas; ¿no le funciona el mando a distancia?, piense que si las cambia, no tendría que levantarse y encontrarse con la corrupción ferial del periódico, la maldad del mundo y el desasosiego que produce al público que paga su ticket en las atracciones
    ¡Esto sí es un post!, me ha encantado, así que espero el disco para prolongar el disfrute, ponerme horizontal, y dejarme ir

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  8. El artista es el creador, el genio, el que genera objetos que a unos emocionan y a otros mueven a reflexionar.
    El "artista concejal" mueve a la reflexión sobre el estado de corrompimiento ferial que tenemos en nuestra casa.
    Abrazos

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  9. ¿Quién de los dos sería, en su opinión, el verdadero artista? ¿El suplantador? ¿El concejal que hace posible imaginar su propio comportamiento y propicia con ello, sin que extrañe a nadie, este tipo de actuaciones improcedentes? Incluso, aún vislumbro un tercer posible artista en el redactor de la noticia que junta, en cuatro líneas, los términos: “concejal” “disfrutar gratis”” usurpación de cargo público” “amenazó al feriante”. Me pregunto: ¿qué le hizo pensar al citado redactor que se había producido una verdadera usurpación de cargo público? ¿Quizás el pretender disfrutar de algo gratis? ¿O, quizás, la amenaza? Como usted muy bien apunta hay artistas de todos los colores.

    Su sugerencia, un acierto. El Sr. Jarrett una delicia y, sin chovinismo de ninguna clase, me atrevería a asegurarle que para inspirar su genial improvisación se debió dar previamente un garbeo por los Jardines de la Alhambra, ya que percibo en su música no sólo el embrujo de Andalucía, sino también, si me apura, de su aroma. Si no, cierre los ojos, escuche la parte central de la primera parte, y huela.

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  10. ¡PLÍÑ! y este con garantías
    ¡¡Jo qué mal va el correo!!; ¿quiere creer que aún no he recibido la música?
    Yo le he mandado un paq de pilas que aún tenían algo de carga...¡¡No, no me lo agradezca, hoy por tí, mañana por mí!!

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  11. Me ha encantado este "relato" tan personal como ocurrente, irónico y divertido. Jajajaja, estuvo bien.No haré comentarios sobre el supuesto eil, no quiero romper la mágia de tu cuarto, mejor me sentaré en la oscuridad y trataré de observarte.
    Por si te sugiere algo, aprendí a cantar -siempre fuí algo cantarín, Serrat era mi dios- El Viaje a Ítaca en catalán. Mi guitarra y yo, fuimos uno por mucho tiempo. Un beso. Adolfo.

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  12. Particularmente me suelen salir las lágrimas con mucha facilidad, pero más veces cuando siento la belleza que el dolor.
    Y por supuesto con la música los ojos no pueden evitar humedecerse.

    Y que cara dura la del tipo. Si es que hasta para subirse en las atracciones de feria hay estafadores.

    Un abrazo

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  13. El arte... ¿dónde? Me da miedo el vacío de tener que mirar siempre para detrás cuando busco.

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  14. Claro que hay artistas que subliman y artistas que sublevan.
    A los primeros hay que escucharles con entrega; a los segundos, denunciarles.
    Seguirá habiendo de estos últimos artistas mientras cunda el ejemplo de que algunos entren gratis por la cara.
    Un amigo me contó lo que había hecho cuando, tras estar horas esperando en la cola para sacar entradas para un concierto, harto de ver pasar gente que llegaba en coche oficial y se colaba tras pedir las "entradas reservadas para el señor X", al ver con desesperación que ya no quedaban más entradas, se acercó a la taquilla y preguntó: "¿Tienen las entradas reservadas para el señor Z?"... ¿¡¡¡QUE NO TIENEN ESAS ENTRADAS...!!!?"
    No había sitio pero le hicieron uno al lado del escenario llevándole un asiento.
    Un artistazo mi amigo.
    Keith Jarret, genial.
    Y tu entrada, magnífica.

    Besos.

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  15. La música, oída y sentida (no de fondo) puede transportarnos al cielo. Definir el arte o la belleza se me antoja imposible porque son sentimientos subjetivos, casi abstractos. Que la cruda y absurda realidad se interponga en un momento sublime, es una putada. Maldito periódico, que te sacó de tu maravilloso estado flotante.

    Yo hace tiempo que los evito para no tener dolor de estómago. El concejal de aquí, el alcalde de allá, el ministro X, el obispo de acullá...tienen la virtud de sacarnos de quicio a la primera de cambio.

    Preciosa entrada, escribes como los ángeles (bueno, mejor..mucho mejor).
    Un abrazo y mi cariño

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  16. Te voy a ayudar: Arte es lo que haces tu con entradas como esta, que navega con primoroso desparpajo entre lo sublime y lo cotidiano (incluso lo ridículo).

    Un beso, Sirenita

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  17. Que increible como la música es capaz de transportarte a estados de animo diferentes, de como es capaz de traer la nostalgia de momentos pasados, de como notas, acordes y melodias pueden transformarse en colores que dibujan una imagen en tu recuerdo.
    De como la sensibilidad del oido puede emocionar al alma, llenarla de odio, amor, fuerza o melancolia.
    Las voces de las cuerdas, los vientos o cualquier cosa que provoque musica, puede maravillarme, y al parecer a ti también.
    Saludos Sirena musical

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  18. Querida Sirena, leí tu artículo hace días y sentí que no podía decir nada sin antes escuchar esa música maravillosa que nos sugerías. Ahora ya, habiéndola escuchado varias veces me uno a tu sentir, especialmente las primeras notas, ese teclear lento, mágico, como un puente que une el instante de aquí con lo sublime que no sé donde habita y que de vez en cuando asoma... me quedo con esa parte Sirena... me quedo en ese puente de ilusión, de divinidad que me has tendido...

    Besos sin arte pero con todo cariño.

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  19. Por doquier...y cuando los encuentras es como si hubieras encontrado un tesoro. Tú sabes de eso, y así lo cuentas. Con esa delicadeza...
    Un beso, amiga

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  20. La ingravidez de lo ingrávido


    Es la ingravidez de lo grávido lo que cuenta: sujeta el hilo que se va mientras se sueña que uno despierta a ti y eres quien no prescinde de la alegoría de sí mismo; de pronunciar la mano la dirección del suelo que no existe para volar, como si la función perdida de ver caer abajo los pensamientos fuese facultad rectora del ser humano; no el vano intento de parecerlo, ni la necesidad de estar dormido. A los pies, cabe el recuerdo; junto al empeño de moderar el olvido; el mundo de lo vivido por lo sumido como cierto; que se ha hecho propio y estratifica la memoria poblada de total ausencia en el recuerdo que careció de tiempo de exhalar un solo gemido; en la cabeza a que se lleva el cuerpo trasegado en su constante flotar a ningún lado, el vuelo siempre de unos pájaros señala el rumbo incierto a que ir sin rumbo fijo ni adoptado a desmano: lo que pensaste fue, se tramitó en lo dormido por conservado. Todo se hará trizas al despertar sonoro del aldabonazo que es todo ser humano empeñado en serlo sin conseguirlo ni falta precisa; cuanto, además, besamos. Pero ahí queda en trance, el aparente estar no estando ni estarse quieto en la molicie del descontento; la volubilidad de lo inconsciente eterno al que se va con los pies descalzos pero siempre nuevos: cuanto acompaña que parezca un sueño: el lago eterno de azulino silencio impávido que disipa los pensamientos; disuelve el ácido del olvido y remozar el sueño para transmutarlo en otro nuevo (lo que haga falta para no pensar, si es preciso, de nuevo y viejo cuño). En definitiva, el lago que disuelve la esperanza, y con ella a nosotros: hechos ya partículas de lo que no supimos acercar a vernos. Porque hasta la vida, como respirar, mirar y errar, hay que saber ejecutarla; participar de las premisas en blanco con que se nace a destiempo, de no haber tampoco plazo para cazarlas al vuelo. Hay en todo un entramado de silencios que maridan con las tinieblas. Dicen que sus hijos son las nebulosas. Pero son laberintos cuya única salida eres tú, que no te buscas, en la apreciación consentida de los hechos de que la condición natural del hombre estar gloriosamente perdido para siempre; lo que decanta en que se haya podido tocar fondo de alguna manera, sin saberlo en otras vidas. El entramado que provoca lo mejor de lo dejado: la música que te arrastra en su silencio que no comparte nada más; la que capta y ya eres suyo, como quien no sabe, ni puede, ni quiere merecer más destino que prolongar en las notas el único hálito de un verdad sonora que traspasa el aire de los recuerdos almohadillados por la memoria trabajosa; el tapizado jardín del olvido; que prolonga en las notas toda materia ingrávida que se deshace en las manos antes de poder llevártela a la cara y pensar que así, algo tuyo ha podido salvarse de ti mismo en rematado consuno; introducirse; meterse en pico otra vez en el líquido amniótico de una sustancia plena que adormeces y lleva por los derroteros que agradeces y no son tuyos.

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  21. "Porque hasta la vida, como respirar, mirar y errar, hay que saber ejecutarla"

    Y qué partitura tan complicada.

    Un abrazo muy fuerte, K.

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  22. Suena una música constante, te leo y evoco a Umberto Eco y su libro "Historia de la belleza". Vienen las definiciones o conceptualizaciones, lo que para uno es bello, para el otro resulta lo contrario. Y de repente la realidad, nunca llega sola, sacude y duele.

    Gracias por tus letras.

    Un saludo mexicano. Monique.

    Referente a Pérez-Reverte, sobre Bolaño, ya Truman Capote citaba al profeta Jeremías en el frontispicio de "Otras voces, otros ámbitos": "El corazón humano es engañoso y dolorosamente perverso, ¿quién puede conocerlo?

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  23. Si supiéramos de qué Jarret estamos hablando sería posible acercarnos a él o salir corriendo. El problema de los nombres es su sintonía; la falacia, el contubernio de apostar por ellos. Sólo la persuasión de no saber lo que estamos haciendo nos inclina a la ilusión de estar posiblemente en lo cierto. Porque hay que creer en algo, te dices, cuando el planteamiento que lleva a saber en qué se nubla de antemano en cualquier horizonte serio. Jarret Jarretero por medio: o en medio, como "la Bodeguita" de Hemingway y los mojitos de estroncio; Keith Místico. Dando tumbos por las tumbonas de sus oyentes entusiastas, sin saber la mundanidad restante en que se estaría pensando cuando vino a nosotros en olor de decibelios. La transfiguración de lo que llena un momento y se le da vida a fuerza de darle cuerda todos los días en el engranaje necesitado de la memoria. Se puede adorar un mito con la determinación de Moisés sediento golpeando la peña; con la condición morbosa de no toparte jamás con él en su camino estrecho (los demás lo niegan: dicen que hay autopista): el desmontaje de la realidad imperante te llevará a buscar el sarcasmo de su antípoda. Hay que buscar anclajes. ¿Para qué? Eso se sabrá en el destino de las cuatro o cinco siguientes vidas a las que te manden. La Música, por no decir que con Beethoven empezó todo para acabar con él y dejarlo en charquecillos, es uno de los laberintos más proclives a perder la cabeza zambulléndose en sus procelosas pero estratificadas y lógicas aguas, donde no lleguen la ballenetas que enamoran japoneses. Lo que acaba con lo pasa por cierto. En realidad, la labor del hombre en trance de nunca serlo es destruir lo que carece de sentido y emponzoña razones y alma, de cuyo tinte jamás podrá desprenderse inerte. Empezando por destruir en sí mismo el diccionario de todas las falacias aparejadas con sus correspondiente acepciones tan previas como incontrastadas. Acabar con cuanto no te pertenece pero te adosan, en la conveniencia de que seas un número más al uso que, por otro lado, la incertidumbre ya ha borrado. Por eso hay que destruir hasta el camino que no conduce a paraje mental alguno propio ni figurado; abstracto o subvencionado, pero florido de tanto gustar a los demás. Es el alarido del can que ya no tiene más refugio que "El Corte Inglés"; del lobo erradicado de la estepa; del que no busca manada por haber dejado de siempre de encontrar. El percance precario de tener en la manos los palos todos de una baraja desteñida de contenido. Ron Pan, zafándose hasta de las cadenas del sueño. Una vez que sabes cómo no eres, la individualidad se cierne en los recovecos de lo inesperado, como una consigna que llegue a destiempo. Pero no se buscan puertos donde sólo hay brisillas; se buscan donde, precisamente, no los hay; para que, con tu concurso de ideas no previstas, disueltas en el aire que se las lleva, se reconstruya algo que tenga que ver, primordialmente, con alguna cosa a la que luego habrá de buscar nombre o callar para siempre.

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  24. Sirenita, qué bonito!!!!
    Cuándo te pillas las vacaciones?
    Encantaríame ensinarte a falar galego, anímaste?
    Un biquiño Sirenita.
    Diana

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  25. Pues sí, la belleza es verdad, y la verdad belleza, ya lo han dicho varios, a lo largo de la historia, del tiempo, con mejores argumentos y prodigiosas palabras. Yo me conformo con vivir aquello.

    Un gran gran abrazo.

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  26. Usted misma lo dice, Sirena. Partitura difícil igual que la vida, vulgar en apariencia, y si una pretendiera descifrarla para entenderla medianamente sería casi imposible.
    A los mortales nos queda la posibilidad de leer, de deletrear palabra tras palabra, de presumir que hemos entendido y disfrutar de lo que creamos entender aunque no hayamos entendido demasiado. El arte debe ser eso: la sensación, la percepción, la impresión que nos causa a cada unos de nosotros determinados eventos a pesar de lo que quiso expresar el autor y que a lo mejor ni adivinamos. En el fondo todo es tan subjetivo que da espanto opinar por temor a meter la pata. Pero, ¿la pata frente a quién?

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  27. La belleza es, cualquier cosa que consiga hacer que nuestro corazón se desborde de sensaciones que hagan sentirnos vivos.
    El arte es, el campo donde florece la belleza.
    Artista es, el jardinero que cuida ese campo y por supuesto…el concejal.
    Y si, artistas hay por doquier; perdón, quería decir concejales.

    CC

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  28. El arte no está al alcance de tantos. Quizá muchos intenten un coqueteo, pero no todos los concejales alcanzan la emoción del lector, aunque tengan bula para montar gratis en la feria..

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  29. Sirena... fuiste a lo profundo de los mares?
    ¿Quizás de travesía veraniega?

    Una brisa te llevará el recuerdo de los que todavía estamos en tierra...

    Besos

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  30. Sirena Parada ya mucho tiempo eh

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  31. El arte a veces nos ayuda a salir adelante y mostrar una imagen que anhelamos en el vivir común y cotidiano.
    Te echo de menos, sirena ¿dónde estás?
    Un abrazo que espero que te llegue

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  32. jajaja! discúlpame, no era para tí. Me equivoqué... con razón a quien iba dirigido aún no ha contestado...
    Soy una despistada patológica. Sorry!

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