BURBUJAS MUERTAS



La vida es una burbuja que siempre acaba explotando. Hay vidas que ni siquiera llegan a ser burbuja, vidas que desde el principio se enfrentan al aire sin una fina coraza de cristal líquido. Pero hoy no quiero hablar de las vidas sin burbuja. Voy a hablar de burbujas pinchadas, de burbujas muertas.

¿Qué es lo que hace que la burbuja explote?: La conciencia. Es la realidad quien precipita lo inevitable pero es la conciencia quien ejecuta. Un día, cuando tienes quince años, mientras intentas conciliar el sueño, un pensamiento sobre la muerte te asalta, te coge desprevenida y te aterra. Entonces piensas: seré tonta, cómo puedo preocuparme por la muerte teniendo quince años, ya me preocuparé cuando tenga ochenta. Lo fiamos todo a una eternidad ficticia. Entonces el temor a la muerte nos abandona y nuestra burbuja adolescente permanece intacta, invencible. Llegan los 40 años y el pensamiento que tuviste hace veinticinco años vuelve a visitarte, pero esta vez con tanta fuerza que hace que te incorpores de un salto de la cama; gotas de sudor frío acarician tus sienes. Voy a dejar de existir, piensas, me voy a perder en la nada. La perspectiva del no ser se te hace insoportable, te cuesta respirar, quieres gritar pero sabes que no debes despertar al silencio. Otro pensamiento, como cuando eras un adolescente, corre presto a socorrerte del pensamiento de la muerte: ya me preocuparé cuando tenga ochenta años. Sin embargo, aunque el pensamiento es el mismo, hay sutiles diferencias: la burbuja ahora está algo erosionada aunque, afortunadamente, ha aguantado el envite. Durante unos pocos minutos has adquirido conciencia de tu caducidad, te has asomado al abismo del que sólo estás separada por la salud, la suerte y los años. El abismo te engullirá cuando cualquiera de esos tres muros se derrumbe. Eres finita. Es terrible. No hay burbuja que no se resienta con tamaña evidencia. A pesar de ello, la burbuja aún no se ha evaporado, todavía rodea tu cuerpo vistiéndote con ese matiz de ingenuidad que tanto necesita la felicidad. No has depositado tu esperanza, como hace más de dos décadas, en la eternidad imaginaría; esta sólo existe en la juventud porque la juventud es eterna. Sin embargo, te has dado una tregua, un respiro: ochenta años, razonas, no son una eternidad… pero casi. Sé que llegarán, sé que el tiempo pasa cada vez más rápido, no obstante me queda mucho margen. Llegan los sesenta años y el proceso se repite y la burbuja se ve aún más dañada: no sólo soy mortal sino que me veo separada de la muerte por una distancia ridícula, siniestra, reflexionas. ¿Qué diferencia veinte años de veinte segundos? No sabrías dar una respuesta inequívoca a una pregunta con una respuesta tan inequívoca. El margen es pequeño, sí, pero existe, debes agarrarte a eso. Sientes como un minúsculo círculo de aire penetra en la burbuja, la burbuja no explota sino que se deshincha progresivamente. Es cuestión de tiempo. Desde el principio todo era cuestión de tiempo. Llegan los ochentas años. ¿Y ahora qué?

No sólo la conciencia reflexiva, introspectiva, puede arrebatarte tu armadura invisible. La conciencia de los otros (la otredad) es igualmente dañina. Un día te dicen que menganito o menganita, a quien tú tanto quieres o quisiste, tiene un cáncer incurable. Lo ves claro: es tan sólo cuestión de tiempo que me ocurra. Otra vez el tiempo. Otra vez la muerte. Otra vez una realidad que te sobrepasa. Otra vez una burbuja desangrándose. Martin Amis decía que es la muerte de los otros la que nos mata.

Cuando tenga ochenta años… Cuando nos decimos esto no sólo intentamos que los pensamientos de la muerte se pierdan en el tiempo. También nos intentamos convencer de que a esa edad asumiremos la muerte, la aceptaremos como un hecho lógico adherido a la vejez, no resultará terrible, en definitiva, no nos importará demasiado morirnos. Tremenda equivocación. No comprendemos que ante la muerte todos somos niños, que la edad no implica aceptación, que la muerte es un hecho inasumible: podemos resignarnos, sentirnos atraídos, incluso podemos desearlo… pero nunca asumirlo.

Puede ser a los ochenta, a los sesenta, a los diez o a los ciento quince años: la burbuja siempre se acaba rompiendo. Ya no podemos ignorarla: debemos mirar a la muerte a los ojos y sostener la mirada, debemos afrontarla. Se puede afrontar de muchas maneras, desde el empeño racional, desde la fe, etc. Es horrible pero es necesario. No puedes actuar como si la burbuja te envolviese, ya no está. No puedes intentar ignorarla porque entonces el único camino es la desesperación, la indefensión más absoluta. Sin burbuja, sólo hay dos caminos: afrontamiento o desesperación. Sin burbuja siempre queda una certeza: el peso espantoso de aquello que no hiciste.

Toda vida, por muy feliz que sea, al final siempre se ve invadida, impregnada, por la muerte y su estela. La muerte, ya sea la nuestra o la de los otros, hace que toda vida sea irremediablemente trágica.

Dedicado a las burbujas vivas

44 comentarios:

  1. --Sin burbuja siempre queda una certeza: el peso espantoso de aquello que no hiciste.
    --

    ahí ahí ... lo de afrontar la muerte, en el fondo, nos viene "de serie"... el que no pueda hacerlo, cuando ésta venga a buscarle, no será porque mire adelante y vea nada, sino porque mire atrás y vea bien poco.

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  2. Como escritora tienes una cualidad valiosísima, Sirena: consigues que nada de lo que escribes resulte ajeno. Creo que todos podemos identificarnos con algunos de esos despertares nocturnos.

    Me ha encantado esa metáfora de la burbuja como negación de la muerte (al menos, así lo entendí yo). Una vez que se rompe la burbuja, una vez que aceptamos la existencia de la muerte, sólo queda afrontarla o deseperar. Cierto.

    Me alegro de ser aún una burbuja viva, aunque un poco deshinchada, todo hay que decirlo.




    John Self.

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  3. "No sólo la conciencia reflexiva, introspectiva, puede arrebatarte tu armadura invisible. La conciencia de los otros (la otredad) es igualmente dañina."

    Me ha dado que pensar porque yo soy muy así.... En fin que le vamos a hacer.
    Saludos

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  4. Gracias por la dedicación a las burbujas vivas.
    De momento la mía está muy viva.
    La duda que tengo es si el desgaste viene desde fuera o nosotros mismos la desgastamos desde el interior?
    Nunca me preocupó que explotase, es más, hubo un tiempo en el que me hubiese gustado pincharla. Aquí
    os dejo mi burbuja viva, aquí os dejo mi
    BURBUJA DE AMOR.

    Burbuja de amor, pura y sellada,
    que poco a poco construimos los dos
    que poco a poco fuimos llenando
    con suspiros nacidos en el corazón.
    Burbuja de amor pura y sellada,
    con champú de sonrisas que hicimos tú y yo.
    La colmamos de vida, presente y futuro
    y sobre todo, de hermosa ilusión.

    Burbuja de amor pura y sellada,
    con muros que nadie puede ya romper.
    Con paredes que alzamos día tras día,
    con la dureza del cristal irrompible,
    que aunque parezca imcreible,
    sólo es capaz, de obrar el querer.

    ¡Profundo! Sirena.

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  5. Sirena, si nos educaran en la muerte, sin negarla, nos harían un favor.

    Cierto es que todos acabamos muriendo, siempre gana Tánatos. Por eso mismo, hay que centrarse en la vida, en Eros. Sentir cada día que estás viva, llenar los años de vida y no al revés.
    Desgraciadamente he perdido a muchas personas a las que amaba muchísimo y, con cada pérdida, me he dado cuenta de que todavía estoy viva y aprendo a disfrutar de una puesta de sol, del sabor de una uva, de la mirada de un perrito, del amor, de la pasión, de mis amigos, de todo. Creo que, emocionalmente hablando, cada día tiene que ser como si fuera el último que vamos a vivir. No hay que dejar para mañana el decir “gracias” o “te quiero” y, sobre todo, hay que percibir todo lo que te quieren los demás para que no se den esas decepciones y frustraciones que tanto nos dañan.

    Soy plenamente consciente no del paso del tiempo, que ya lo era, sino de que merece la pena disfrutar de cada minuto que queda y darse cuenta de ello. Es infinitamente mejor sonreir a una camarera que cabrearse porque tarda en servirte. Es mejor estar guapo que feo. Y siempre hay que tener en cuenta al otro, al que te quiere y hacérselo notar. Cuando nos falta tiempo y no podemos reparar, el desasosiego es inmenso. Y hay que morirse en paz.

    Yo no me quejo porque soy un ser privilegiado que puedo elegir, que hago lo que me gusta y que hace muchos años decubrí y asumí que soy mortal. Pero ahora estoy viva.Y, como estoy viva, he podido leer tu precioso texto (como todos los tuyos).
    Me encanta como escribes. Te admiro.
    Un beso

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  6. No hay manera de poder linkar tu blog al mío. No sé qué pasa.
    Un beso

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  7. EL ESPEJISMO DE LA MUERTE DEJA CAMPO ABIERTO

    Está muy bien escrito, es lo que más me ha gustado. Tienes profundidad, algo delicado que hay que saber manejar para que no se ocupe de todo y no deje respirar; que no cubra todo el campo estructural. Me gusta la fluidez del discurso sin que el argumento deje de acogogtarte. Creo que es lo principal de todo, no hacerle mucho caso pero sin desviarte de él (mirarle de reojo), poniendo tus recurso en primer término. Quiero decir que lo "normal" es hacerse con un buen asunto que suplante las carencias narrativas. Pero aquí no pasa eso. Lo que me guastaría, si es que te puedo ayudar en esto y en algo, es que te olvidases del asunto. Los asuntos vienen si no les haces mucho caso porque están esperando que repares en ellos, y tú al acecho. En el cortejo humano creo que es lo mismo. El feo, si es rico, en la insistencia, se lleva a la chica guapa. En lo redaccional puede que pase lo mismo. Olvidarte y centrarte en lo que tu magín elucubra independientemente de dónde lleva el hilo argumental. De esta manera tendrás gratis las dos cosas y no servirás solo a un señor por muy transcendente que sea ni monte a caballo. Creo, sin presunción, que podría ser este relato el comienzo de una nueva disyuntiva tuya en que te dejes llevar por lo que YA tienes y te TIENE y aboca a lo imprescindible de lo inesperado que es exactamente, la vida humana. En cuanto a la Muerte, esa señora, discrepo en la totalidad de la aterradora careta que despliega. Cuando la vida es esto y se manifiesta como es, los ojos deben mirar a otro sitio y buscar su función complementaria para seguir viendo. Por fe, escricto sentido de la justica y descabale del sentido humano; por creer que el hombre es otra cosa, otra apuesta, y, por tanto, se merece mejor suerte, o simple reducción al absurdo, la vida está tan horrendamente encadenada y dispuesta a ser otra cosa, y muerta, que es imposible que tome una cucharada más de su propia medicina para que parezca lo que no es ni le ha dado la gana o reprensente otra cosa. La Muerte es lo que hay allá de lo que no hay aquí por suerte; lo que preserva de la imposible vida acá y da esperanza de que todo no puede ser allá tan como acá y abracadabramente, sino, al menos de otro modo, lo que es un respiro. Felicidades Burbujas Freixenet.

    PD: Me han gustado mucho dos frases; 1) "La edad no significa aceptación". 2) "La certeza del peso espantoso que no existe" (lo que permite esparcire al espíritu, que no exista). Ambas son las que marca el camino de lo que te digo y podrías seguir si quieres porque te proporciona un lenguaje nuevo. Tras él verás el panorama inmarcesible de lo que buscas sin saberlo; sólo quererlo.

    Ffo. "Estación de Embajadores"

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  8. Estimada burbuja:
    La muerte en sí no es motivo para tenerle miedo. Claro que todos tenemos nuestros miedos y en esta vida no hay ser humano que no los tenga, incluso hasta lo más retorcido: el miedo al miedo. A veces el miedo es un seguro de vida para no cometer locuras. Fíjate en los conductores de Fórmula 1 que no les tienen miedo a correr y las locuras que hacen para ganar. A veces me he agarrado al miedo por la tontería de pensar que si éste se fuera yo no sería nada por no tener a qué agarrarme, jajaja me río ahora. Fabricamos miedos hechos a medida y qué puñeteros somos que apuntamos donde más duele. Yo no le tengo miedo a la muerte pero, durante mucho tiempo, ese miedo lo asocié a morir con dolor y eso me aterraba. Con un poquito de valor los miedos desaparecen... sólo hacerles frente con la sinceridad del corazón y en menos de un segundo volvemos a vivir.


    Buscador.

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  9. Gacias Sirena por tu visita.El poema es preciosísimo, como dice mi amigo Rai.Tengo mucha suerte con mis amigos.Tú eres un encanto hecho poema.

    Escucha el sonido de las olas, ellas te llevarán a mundos de sueños.Un beso.

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  10. Esperaba un texto de tamañana importancia? No, no lo esperaba porque mi vida (la que creo que es) gusta adormecerme con poemitas extraños, lúdicos, reflexivos y me invitan a olvidar ese punto final. Seguramente se debe a que toda mi vida la he pensado (confesión), la he palpado y gravitado. Algunos seres huímos de ella, un juego de correr y pillarse. Luego pensé y exclamé: pero si ese es el juego de todos!
    En fin, por más que te prepares, siempre nos encontrará de sorpresa,a no ser que sea como el título "Crónica de una muerte anunciada" GGMárquez.

    Hoy mi oficio es ser un equilibrista circense. El juego no da para más conmigo, otros viven sujetos a sus pertenencias como si todo lo adquirido entrará en su cajón. Lo que más siento es la gran pérdida de memoria, vivencias, historia individual y de todos, los recuerdos, las palabras, un poema... que se pierde en un cuerpo perplejo de rictus morten y pasta para gusanillos que nos han acompañado toda una vida.

    Abrazos Sirenita
    Navero

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  11. Parafraseando a un profesor que tuve en Geometría Proyectiva (referido a las demostraciones de algunos teoremas), Sirena, leerte es para correrse. Aunque esta vez el contenido de la entrada no me dice absolutamente nada. Por hacer la gracia, a mí la muerte, me deja frío.

    Un beso.

    (P.D.) Monstruo o presa, gavilán o paloma, tiburón o Sirena.

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  12. El miedo es algo inherente al ser. Y es que ya nacemos heridos de ella. Y todo gira en torno suyo. Cualquier movimiento que hagamos, físico, mental o sentimental va destinado a evitarla. Causa vana. Desde que nacemos vamos hacia ella como la mariposa va a la luz...
    Es ese miedo a perdernos en la nada, el que ha creado, religiones y filosofías varias, en un intento inútil de transcender de nuestra condición de mortales. Pero todos, acabaremos enfrentándola y mirándola cara a cara, queramos o no Sirena. De todas formas, a riesgo de parecer una snob, le diré que según van pasando los años más la veo como una liberación. Plantearse la vida sin ella tampoco me parece una gran idea. Me da mucho más miedo la enfermedad, o la decadencia mental que el hecho de dejar de existir.
    Clara, concisa y profunda la veo últimamente.
    Besos y felices días querida.


    P.D. total, por lo que nos queda...jajaja

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  13. De burbuja a burbuja ¿para cuándo un intercambio de experiencias?. Propongo cenita, velas y conversación distendida. Temas variopintos. De burbuja a burbuja, tarde más o tarde menos, Mr. Guadaña "vendrá y del cuello nos llevará". Mientras seamos burbujas. Por mi encantado, tú decides. Hace un huesito de santo...

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  14. Yo, como sabes, he estado muy cerca de la muerte, y, desde entonces, mi "defensa" contra esa horrible e inevitable compañera de la vida, intenta ser el humor, aunque no siempre puedo (ya sabes, mi carácter melancólico...).

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  15. ¿Y qué me dice de la toma de conciencia de las burbujas inmobiliarias? jajajja. Besos Felices!

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  16. Pues la mía estuvo a punto de romperse a las 54, vi la luz al final del tunel y como me encuentro tan feliz en esta vida me dije.....ese es el tren que viene de frente.....me va a coger....me di la vuelta y corrí para donde estaba saliendo del tunel segundos antes que pasara el tren........

    Un caballito de mar delicado.

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  17. ¡Oiga SIRENA!, ¿de verdad no es Ud. una tía famosa en las librerías?; me ha dejado perplejo y borracho con este ejercicio magnífico
    ¿Sabe?, yo siempre dije que la vida termina en tragedia, pero ahora que sé que puede decirse de esta forma, me arrepiento de haber sido tan necio y breve
    Me inclino a sus pies

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  18. Verme a mí mismo, postrado junto a ese de arriba, es ciertamente incómodo (ojalá que no me vea nadie del Gobi); ¿pero qué otra cosa puedo hacer?. Gracias Maiko, me ha emocionado con esta entrada. Es Ud. extraordinaria, y si yo no fuera un errante, me la llevaria a mi casa para ponerla sobre la tele, aunque sé que lo mejor sería un acuario que no tengo. Después de todo, no debería quejarse de ser finita; ¡no se imagina la cantidad de mujeres que matarían por ello.

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  19. Como dijera el filósofo español Jesulín de Ubrique: "en tres palabras: Im pre sionante"

    Encima, los comentarios son de un valor incalculable; ¡menudo ramillete (salvo alguno que no nombro) de comentaristas! Ha sido un
    valor añadido leerlos; lástima que bajara el nivel al final
    Mi más cordial enhorabuena; gracias Sirena.

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  20. Trágico, realmente trágico sería temer a la muerte, la experiencia propia mía, te podría hablar, mi conciencia, es un tema que sólo se tendría que abarcar una vez en la vida, nos la tendrían que explicar con maestría, cuando comenzamos a tener uso de razón, lástima que falten buenos profesores, muchos otros la hemos visto tan cerca en tantas ocasiones, que el miedo desaparece al completo, la muerte para muchos, puede ser la felicidad tan ansiada.
    Hoy tu post sería para "cavilarlo profundamente", contigo, la vida es un instante tan frágil, que puede desgarrarse en cualquier momento, y ciertamente la muerte va ligada al tiempo, al tiempo que permanecemos vivos.

    Cavilando.

    Buenas fiestas amiga, para poder discernir hace falta vivir, y tu lo haces, SALUD para todos tus días del 2009.
    Con ella todo se alcanza.
    No puede faltarte un abrazo y dos besos.

    (Uno por la vida, y otro por la muerte)

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  21. De lleno. Por alguna razón o sinrazón llevo unos días con una presión en el estómago frente a la que la lógica se debate desacreditada de antemano. Y tu reflexión no hace sino añadir leña al fuego. Me internaré por ahí, a descubrir al hombre entre las sombras.

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  22. Cuando se ha sido, se es y se será, desde la más absoluta convicción de la experiencia, no hay muerte.
    La pérdida de los que amamos son renuncias al disfrute de lo que los configura y que nos alimenta.
    La muerte y la vida son consustanciales, pero tener la experiencia de esa permanentemente vida nos hace dejar de temer.
    En eso estoy. Cuando lo experimente, os lo cuento.
    Mi maestra zen lo tiene súper claro, se dejaría abrasar por cualquier hoguera sin miedo a la pérdida de su ser.
    Feliz Navidad.
    Inuits

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  23. Hablaba de un final globalizado aquel enorme decimonónico.

    Pues,
    a mí lo que me jode de morirme no es el final. Lo que me fastidia, mucho, es que, al día siguiente, cogéis y os vais a tomar unas pitarras, hale, y no voy a poder estar -por defunción-.

    En fin.
    Feliz día nochebueno por este lar.

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  24. ¿Y de qué nos puede servir ser tan angustiosamente conscientes de nuestra propia finitud?
    Está claro que nos oxidamos sin remisión desde el mismo momento de nuestra berreante aparición en público, y que el azote con el que nos obsequian no deja de ser más que un simple aviso a navegantes. Está claro, también, que nos han dotado de los conservantes adecuados para mantenernos debidamente embolsados hasta fecha por determinar; más o menos lo que llaman los castizos “término certus an incertus quando”. Está igualmente claro que nuestra realidad final es la de convertirnos en polvo o cenizas, y permanecer en el altillo de un armario del dormitorio de un deudo fetichista o contaminando lamentablemente cualquier río, huerto, mar o valle que hayamos tenido próximo a nosotros.
    Están tantas cosas claras y tan desde el primer momento, que, lo dicho, ¿para qué angustiarnos por algo irremediable?
    Le puedo asegurar que hasta el día de hoy no le he dedicado un sólo pensamiento a mi condición de burbuja, pero, bueno, ¿para qué hacer gala de mi propia irracionalidad? Ya veremos que pasa cuando se acerque el día de marras, a lo peor hasta pretendo salir corriendo.

    Ahora en serio. Nos cierra el año tan impecable como de costumbre. Le aseguro que es un auténtico placer y un verdadero privilegio estar a este otro lado.

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  25. El hecho de que la burbuja viva se resienta, me hace pensar que somos definitivamente inmortales.

    ¡Feliz navidad!

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  26. Que seas feliz, te deseo (como deseo leer tus palabras) ahora de vuelta del sur del sur... Desde mi isla hacia tus ojos: un beso de cuatro letras sabor a miel de menta...

    Pau, es decir Pablo

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  27. Tu reflexión sobre lo efímero de la vida me anima a enviarte mi útlima "gragea de palabras" que excepcionalmente ma ha salido positiva:

    "Que lo bello que
    te liga al pasado
    te permita
    vivir el presente
    con total plenitud,
    sin renunciar
    a la esperanza"

    Un abrazo y felicidades por lo bien y profundo que escribes, Sirena

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  28. Vivir es lo contrario de morir pero es lo mismo y darse cuenta, ser consciente, aunque no quieras asumirlo es ser más libre porque no restringe tu voluntad ni el miedo ni la estupidez del vacío.

    Buen texto para compensar la pesadez dulce de estos días.

    Un abrazo

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  29. Llleva seis días sin publicar!Miss you

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  30. Brindemos, pues, por las burbujas vivas.
    Que lo son a pesar de la estela de la muerte.

    Besos.

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  31. Ya he leido su entrada de Leolo. Me ha encantado. Seguimos en contacto Sirena.

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  32. Tenía las ganas contenidas de hacerte un comentario desde el día que lo publicaste. Andaba yo entre villancicos cantando con los niños a la vida y la ilusión.
    El tema es profundo y bien merecería una reflexión compartida.Pero si te parece lo dejamos para más adelante.
    Ahora prefiero que las burbujas sean de vida, de ilusiçon y esperanza. Al fin y al cabo, en la tragedia también participa baco y peterpan.
    Felices días llenos de burbujas vivas

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  33. La vida no sería eso, vida, si no hubiera muerte. Pero es que nosotros, cada uno, no somos más que un eslabón de la Vida -en mayúscula-. Ya es algo eso, y para eso vivimos.

    Hay quien llega al final sin enterarse de nada, lo más; los hay quienes lo asumen o lo aceptan, y los hay a quienes no les preocupa demasiado. Pero no hay nadie lo entienda del todo. Es nuestra cruz, por creernos dioses.

    Un abrazo (Me ha gustado!!)
    Chuff!!

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  34. Que profundidad...llegaba la Navidad y te vestiste de reflexiva y de realista, tanto que no pienso comerme mis pensamientos hasta que sea octogenario, si tengo suerte claro.

    Feliz fin de año, y que sea envuelta en burbujas color oro.

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  35. Entre burbujas y burbujas, todas ellas se llevan bien con la luz, y el viento.
    Un abrazo enorme y todas las felicidades Sirena.

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  36. Feliz año 2009 para ti y los tuyos
    Un abrazo

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  37. ¡Feliz vida querida Sirena!

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  38. Sirena: Tienes una invitación en mi bitácora. Sin compromiso, ¿eh? Y que conste que estos juegos tampoco me entusiasman, pero...Un abrazo

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  39. Feliz año guapa. Nunca desaparezco del todo, siempre estoy para la buena gente y por aquí me da que hay bastante.

    Deseo que el 2009 sea un año importante para ti y que seas muy muy feliz.

    MUUUUAAAAACCCCCCKKKKKKKKSSSSSSSS

    Edu

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  40. Después de 12 días hospitalizada, y noches oscuras, tus palabras me llegan muy de cerca, mucho.
    Feliz año nuevo! Porque sigamos siendo durante mucho tiempo burbujas vivas.
    un beso grande

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  41. Yo me siento una burbuja viva, ya me conoces preciosa Sirena.Deseo para todos un feliz año nuevo y que todos vuestros nueños se hagan realidad.También los mios.Un beso.

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  42. ¡PLÍÑ! UN CUARENTA

    Para mí sin burbujas plis, que algunos humanos dan gases luego

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  43. Leí tu trabajo hace días y reflexioné, luego volví a leerlo porque algo no me encajaba. Aceptar la muerte me parecía algo fácil. Y una serie de circunstancias familiares me había puesto difícil aceptar que yo me pueda morir. Pero hoy cuando he leído tu comentario en mi blog, he vuelto y he tenido unos momentos en los que la burbuja se ha hecho consistente y me he sentido bien. Gracias, te deseo todo lo mejor, como siempre, amiga.

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