¿SER?



“Yo no soy yo”, leí ayer a no importa quién en no importa dónde. Afirmación insolente y enigmática que me dio que pensar. ¿Cuándo realmente somos nosotros? Alguien dijo que el ser, el yo, sólo se puede entender en soledad; la verdad es que todo lo que verdaderamente importa (¿algo verdaderamente importa?) sólo se puede entender en soledad: sin el ojo escrutador, sin esa gelatina social que se adhiere a nuestros pulmones y nos asfixia, sin el monstruo que es el otro. ¿Realmente en soledad somos nosotros? Y si efectivamente en soledad somos… ¿qué supone ser? ¿El yo es pensamiento o acción, razón o instinto, o un conglomerado inextricable? Las limitaciones de la autopercepción nos muestran la trágica vacuidad de preguntas sin respuestas o, más bien, respuestas sin preguntas. ¿Y el yo en el tiempo? ¿Debemos atribuirle el don de la inmutabilidad o es arcilla en mano de artesano? Sinceramente, pienso que la gente cambia pero el yo no cambia, el yo es el ancla del ser como un amor perdido lo es en el recuerdo. Sí: somos lo que fuimos. El yo sólo lo olvida la muerte… ¿O no?

A continuación no importa quien disertaba sobre las almas gemelas y apostillaba que en ellas “no estamos muy dispuestos a reconocernos del todo”. He de confesar que el otro día, por primera vez en mi vida, reconocí a mi alma gemela y no me ruboriza admitirlo. Se refugiaba en un enorme espejo. Sin embargo, no puede verla del todo bien: el espejo proyectaba una imagen demasiado nítida. Cuanto más borroso es el espejo más prístino es el reflejo de nuestra alma gemela. Y no sólo las almas gemelas, el amor también es espejo. Creo, ahora que he caído en un delirio pretencioso, que en el fondo todo es espejo, todo menos la vida, claro. La vida es vida y nada más. Es curioso y paradójico lo de las relaciones humanas: nuestras enormes semejanzas crean distancias insalvables entre nosotros. ¿Cómo podría ser de otra forma si, al fin y al cabo, ellas, las relaciones humanas, también son espejo?

“He sobrevivido a la memoria demoledora” sentenciaba no importa quién. Lamento no poder creerle en este punto ya que nadie puede sobrevivir a la memoria, nadie tiene el antídoto contra el veneno del ayer. El pasado mata y nunca pasa. Cada vida tiene muchas muertes a las que no se puede sobrevivir jamás: se llaman recuerdos. Y estas muertes sólo mueren con la muerte.

A no importa quién: por sus hermosas reflexiones

31 comentarios:

  1. A veces el espejo nos muestra ese lado más oculto, ese que tratamos de esconder y que, muchas veces se rebela contra todo y refleja nuestros más ocultos sentimientos.
    A veces el reflejo que nos devuelve el espejo no satisface nuestra vanidad, pero el espejo es cruel y despiadado; juega con nosotros y con nuestros sentimientos.
    Besos

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  2. Recuerdo una lejana conversación con un amigo. Discutíamos de "¿qué definía a una persona?". El insistía en que eran sus actos. Aquel día pensé (y no he cambiado de opinión, aunque no sé si queda bien expresado) que lo que define a una persona es lo que ella piensa y sabe de sí misma. Y la única forma de pensar en uno mismo es en soledad y, preferiblemente, ligeramente colocado.

    A sí importa quién: encantadora entrada.

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  3. El yo es pensamiento y acción, razón e instinto; de conglomerado inextricable tiene mucho, pero para el otrerío. Me gusta el paralelismo con la alfarería, si bien estoy más con la teoría de la inmutabilidad esencial; "El carácter es el destino" decía Tácito, y he tenido sobrados ejemplos para secundar la frase. Hay sin embargo algo de artesanía en el aspecto del ánfora, que conteniendo lo que contenía, pudiera variar su aspecto tras una reparación o remozado, y siempre, de cara al mercado.
    Yo huiría de mi alma gemela como de la peste, porque carecería de lo esencial, la capacidad de sorprenderme; y tendría el inconveniente de enseñarme los hilvanes que no quiero ver en mi traje.
    Discrepo de que el amor sea un espejo, a no ser que estemos hablando del espejo de Maléfica, mercenario de la voluntad, o el espejo retrovisor, capaz de encandilarnos y hacer que nos la peguemos. Tengo el desván de la memoria repleto de cadáveres agonizantes, y unido el sonido leve de sus estertores polifónicos, se configura el tono de mis palabras de hoy.

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  4. Que verdad es éso de que cada vida tiene muchas muertes. Todas ésas, los recuerdos como tu las llamas, son las que con su muerte van formando nuestra propia vida.

    Y otra gran verdad, que estamos solos, nosotros mismos somos nuestra única compañía. Solos nacemos y solos morimos.

    Un abrazo

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  5. Sirena, tengo problemas para enlazarte a mi blog. Para leerte te tengo que buscar en google. No sé si a alguien más le pasará, pero meto tu dirección y no enlaza.

    Un abrazo

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  6. buenas:
    me alegra haber encontrado el alma gemela que continúa y toma el guante...
    interesante reflexión personal
    besos

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  7. Tienes razón, algunas veces existen en nosotros cosas del pasado, que solo se puede vencer ese pago, esa deuda,ese dolor.......
    Con el própio certificado de defunción......
    Pocos los comprenden, muchos lo ignoran, cerrando muchas puertas en su propio interior.....ego a veces es demasiado ciego......

    Salu2sssss....

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  8. "¿algo verdaderamente importa?) "
    Que si aglo importa? depende. Y depende del tamaño de hipoteca que tengas, de las bocas que tengas que alimentar, de las horas de trabajo diarias, de los días que llevec comiendo las mismas natillas de postre, alechigadas e infectas.... Muchas cosas, y depende de mucho.
    Saludos

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  9. Tremenda reflexión, Sirena. Si, el "pensamiento" conduce al vértigo, quizás por eso se piensa tan poco en la actualidad. Pero como "pensar" es lo que nos hace humanos, nunca están de más, reflexiones como esta.
    De todas maneras, te aconsejo (siguiendo la recomendación de Hiperion) que dejes algo a la intuición, o a algún tipo de "pensar" más práctico, pues ese "pensar" tan riguroso, a veces conduce a la melancolía.

    un beso, guapa

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  10. Metafísica estás, Sirena.
    Has planteado toda una ontología en pocas líneas.
    ¿Por qué no convocas un congreso para elucubrar sobre todos estos temas? Sería interesantísimo. Te lo digo en serio. ¿O porqué no nos lo pones a trocitos?
    El final queda como muy misterioso.

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  11. Sin los recuerdos que nos trae la memoria, el yo se va como el humo de una hoguera en una inmensa llanura.
    Saludos cordiales.

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  12. Voy a decirle una cosa Sra. Sirena V. ni Scheler con sus axiologías, amén de "yos" kantianos o el mismo Ciorán y sus agonías del absurdo, no son más lúcidos que el último párrafo de su entrada actual que ya he releido varias veces.
    Haga vd. cuantos delirios pretenciosos desee (a mí no me lo parece) si son como éste. Mis respetos.
    En otro orden de cosas, muchas gracias por tu comentario y hasta la próxima.

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  13. Me gusta imaginar cómo es el fondo del mar cuando veo como se mueven las olas. Me importa más, el por qué de una reflexión, que la reflexión en si misma, aunque esta sea tan interesante como la tuya. Me gusta observar, el efecto que produce en los demás, como la interpretan y con que parte de la reflexión se quedan. Eso nos dice mucho de cada uno.
    Si observo el movimiento de tus olas, las veo llenas de vida y eso es señal inequívoca que en el fondo de tu mar, hay corrientes nuevas llenas de vitalidad e ilusión que sin duda explicaría la fuerza con la que llegan a nuestras playas tus palabras y cuando esto ocurre, naturalmente no se pueden enviar a “trocitos” necesitan salir de golpe e inundar la playa por completo.
    Creo que tengo un antídoto contra el veneno del ayer, por lo menos a mí, me da resultado: Primero hay que limpiar y desinfectar la zona afectada con “una mano muy limpia”, acariciando de forma circular la herida, embadurnándola previamente con varias capas de ternura. Seguidamente echaremos unos polvitos desinfectantes (siempre van bien) y por último la cubriremos con vendas de futuro, ilusión y sobre todo de AMOR.
    P.D. Es importante pedir en “la farmacia de la vida” una buena marca, los genéricos no sirven en estos casos.

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  14. Saludos Sirena, desde este rincón del mundo. He pasado, como otras veces, a leerte con atención y gozo. Te anuncio que me permití poner tu blog en mis enlaces para que mis amigos te visiten y compartan lo que he leído.
    Abrazo cordial para ti

    Navero

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  15. La cuestión es escribir, entre otras.
    Ser, nada, una frivolidad.

    Bico.

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  16. Un abrazo cordial para tí.
    Felicitaciones por todo tu aporte a la cultura.
    TK

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  17. Para ser tan poquita cosa, un puñado de moléculas en el cosmos, nos hacemos demasiadas preguntas. Los espejos no sirven más que para mirar al pasado, eso que nunca termina de pasar, y yo soy lo que los demás ven en mí. Tampoco existe la soledad absoluta, no podríamos pensar si una parte de nuestras vidas no la hubiéramos compartido con otros semejantes. Podemos aislarnos, pero jamás estaremos solos. En el recuerdo subyace el yo, y en el recuerdo están los demás.

    Un abrazo.
    Chuff!!!

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  18. Bienvenida, Sirena.
    Este post merece que lo lea otra vez. Un abrazo.

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  19. Es una estupenda reflexión la tuya y me haces reparar en la casualidad de que hubiéramos abordado un tema tan parecido, con apenas unas horas de diferencia. Te sorprenderá (tal vez) saber, que estuve pensando incluir el cuadro "El beso" de Magritte... y que, a última hora, lo cambié por el de Lam.

    Un beso, Sirena. No das ninguna impresión de estar varada.

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  20. No me extraña nada la presuntuosa afirmación del anónimo autor al que se refiere. Muchas veces he tenido que dejar de ser o he sentido la sensación de haber dejado de ser yo a pesar de no haberlo dejado de ser nunca. Bueno, si; ya me doy cuenta de ello, quizás un poco presuntuosillo por mi parte también, ¿no? En ocasiones mi yo ha dejado de ser transformándose en ella, o en ellos, o en quién sabe en quién o en qué, porque estoy seguro de haber sido también simple objeto o comparsa de muchos de los acontecimientos vividos. Pero nunca he dejado de ser yo del todo a pesar de haberlo pretendido o haberme sentido obligado a ello y, seguramente, de haberlo conseguido al menos exteriormente y con nota.
    ¿Pudiera resultar que ese yo que presumo ser y acuno y mimo es ajeno a mi y me ha sido adjudicado, prestado o, incluso, ha sido conformado por alguien, sea quien sea ese alguien, y yo me limito a pasearlo en precario? Pues no lo sé. No me gustaría, se lo aseguro, pero tampoco puedo afirmar lo contrario. En todo caso y si lo pienso despacio y desapasionadamente tal vez hasta me podría dar un poco igual.
    Yo soy yo cuando lo soy y me dejan, o, mejor, cuando me dejan y lo soy; y cuando lo soy de verdad pretendo estar en continuo movimiento por aquello de que “¡que no!, que el pensamiento no puede tomar asiento” Y yo, reinventándome continuamente o tal vez descubriendo, sin percatarme de ello, cada línea nueva del guión que se me tiene asignado, me siento emocionado algunas veces, desconcertado muchas otras, y siempre vital, aunque arrastre a duras penas y con cierto desanimo mis propias vergüenzas, que deben ser muchas. Pero que quede claro: he dicho vital y en ningún caso pretendí decir feliz o satisfecho; sólo vital.
    Debo reconocerle también que, sin embargo, en soledad nunca he sido yo, y la culpa la tiene seguramente mi imaginación. En esos momentos en que uno no tiene que rendir cuentas a nadie y menos aún a uno mismo, ¿para qué quedarse a medio camino entre lo vital y lo feliz o satisfactorio? En esos momentos no hay quien me pare. Imagino.

    Si, yo también he creído reconocer en la distancia a algunas almas gemelas. Tal vez ha sido sólo una sensación, un no se qué que te hermana y confunde en el sentimiento y en el sufrimiento, e incluso en el enfado por cosas que no nos pasan a nosotros y sí a ellas, y reaccionamos o explotamos como pudieran hacerlo algunos explosivos, por simpatía (que creo que es así como se dice).
    Reconocemos de lejos a nuestras almas gemelas; sentimos y padecemos por ellas y con ellas, pero obsesos en nuestra individualidad jamás somos capaces de reconocerlo del todo, oponiendo matices y objeciones.
    El espejo nunca ha sido mi alma gemela, pero si la puerta a la fantasía, la forma y manera de, atravesando mi propia figura, ir más lejos en la búsqueda de mi mismo, que seguramente soy lo que soy y nada más, por mucho que no esté dispuesto a asumirlo. Presumo que siempre hay que dejar una puerta a la esperanza. ¿Cómo vamos a quedarnos en nosotros mismos y en lo que intuimos o nos tememos que somos o creemos ser? ¿Cómo aguantarnos sin morir en el intento si somos irremediablemente lo que fuimos, ancla que nos sujeta y espejo que nos delimita? Demasiada estrecha es la vida ya como para aceptar sin más estas otras estrecheces.

    Por lo que respecta a la memoria demoledora que entrecomilla en su escrito y a su afirmación de que “el pasado mata y nunca pasa”, pues no, ¡no me da la gana aceptarlo! No sé si estoy o si debiera estar de acuerdo con usted, pero es que no quiero. Y no vea en ello una innecesaria salida de tono, es que es la expresión que encuentro más a mano y que pudiera ser la más exacta a lo que quisiera transmitirle.
    Reconozco mi pasado complicado en ocasiones y en otras menos, imagino que como el de todos. Con episodios más o menos angustiosos, con situaciones aparentemente definitivas e insalvables. Con inmensos toboganes que nos pudieron hacer perder el aliento unos segundos. Y los he vivido o soportado, que también debe ser sinónimo de vivir, mientras eran presente con la intensidad y dedicación que exigía cada acontecimiento en su momento. Seguro que mi pasado está ahí y ahí sigue. Seguro que si rasco un poco lo encuentro a flor de piel. Seguro que ha dejado huella, y poso, y hasta algún tic que se reproduce tal vez sin que yo sea consciente. Pero, más allá de ser la envoltura de mi propia alma en sus diversas y rugosas capas, y ser “el aviso a navegantes” para acontecimientos similares futuros ¿para qué más sirve? ¿Para quedarnos allí lamentándonos de nuestra suerte? ¿Para purgar nuestros pecados y redimirnos de ellos? ¿Para qué realmente?

    Nunca leo lo que escribo y seguramente por ello siempre escribo lo mismo. Nunca miro demasiado tiempo hacia atrás, en todo caso el tiempo justo para resolver las cuestiones precisas sin dejarlas demasiado a medias. Y si miro adelante seguro que es para no tropezarme con la próxima farola.
    Y ahora que caigo, ¿no será que todo esto es porque estoy muerto? ¿Y si estoy realmente muerto, es tan grave como parece al pensarlo y escribirlo? Inútil es muy posible, pero grave no; no creo.

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  21. Sirena de un mar próximo y de lucidez bordeando la excelencia.
    Poco puede esta pequeña Inuit añadir,pero lo reflejos de las personas espejo pueden desencadenar repuesta de rechazo cuando los otros se ven en sus propias miserias.
    Difícil saberse mujer espejo.
    Inuits

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  22. ¡PLÍÑ! un veinte
    ¡Jo, qué comentaristas más chulos tiene Ud.!
    les pregunte si no quieren hacer un pactito ( el estado garantizará los cumplimientos)

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  23. Hola "Sirena varada", te he conocido por el blog de Kike Sabaté.

    Interesante tu reflexión, no es frecuente que nos la hagamos en estos tiempos en que parece que pretendemos llenar nuestros vacíos más con la obsesión de "tener" que con el anhelo de "ser"; sin embargo, sabemos bien que ello no nos llena verdaderamente y que en continua búsqueda nos cuestionamos nuestra verdadera esencia. ¿Cuándo somos nosotros? no lo sé, tampoco sé qué somos...pero sospecho que algo muy complejo.

    Saludos afectuosos y mi invitación a que te acerques a nuestras costas

    Merce

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  24. Yo muchas veces tampoco soy yo. Y me gusto más.

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  25. te encontre mientras navegaba...me gusta el titulo de tu blog, tambien la forma y contenido del mismo. Voy a seguirte leyendo. Te dejo una invitacion a mi humilde blog. Una sonrisa
    Nos leemos

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  26. De la experiencia de otros, se aprende tanto como la sufrida propia. Confiando en alguien es un soporte inestimable.

    La Taberna del Irlandés.

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  27. Correspondo a tu visita, ha sido una casualidad que hayas recalado en Denavegantes, tu visita me ha encantado. Tenemos un pacto para con el futuro. Por lo que a mi respecta, tu blog tiene el fondo y la forma de una exquisita elegancia y merecerá más de una visita, por mi propio interés.
    Respecto a ¿ser?, comparto mucho de lo que dices, y si es verdad que muriendo todo cesa, será cuestión de ver la muerte como una liberación. Saludos, Adolfo.

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  28. ¿No hay manera de conocer a ese no importa quién? Por alguna razón me resulta muy cercano. Como un eco...
    Por lo demás, tu texto rebosa y dedicaré un tiempo a tamizarlo y digerirlo. Me interesa muy personalmente.
    Una vez más, gracias por compartir tus reflexiones (tu espejo).

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  29. Y hablando de espejos... un día te contaré historias de anamorfismos y otras delicias visuales... Volví del sur del sur para encallarme a tu vera... Besos púrpura...

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  30. Por cierto, en cuanto al tema del ser, etc... Sólo se me ocurre una mínima aportación: "Estoy, luego soy..." Qué preciosidad esas fórmulas existenciales tan mínimas y humildes como E=mc2... son una joyita... Ummm... todavía huelo a canela y menta... y mi lengua sabe a granadas del Atlas... Deberías probarme.

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  31. Un amigo mío, al que cada día aprecio más, siempre me dice que las cosas más importantes en esta vida hay que hacerlas solo. Y tiene mucha razón.
    Interesantes y sabias reflexiones las que recoges
    Un beso

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