DIGNIDAD PICKWICKIANA



Todos tendemos a categorizar; establecemos categorías y encontramos ejemplares que, a nuestro juicio, se adecúan a ellas. A continuación subcategorizamos y seguimos el mismo proceso pero en un estrato jerárquicamente inferior. Y lo hacemos por una mera razón: porque simplifica las cosas. Es un mecanismo que proporciona un tremendo ahorro cognitivo. Agrupar y establecer relaciones hacen más sencillo todo. ¡Tranquilos!, tranquilos, voy a dejar ya esto, no pretendo escribir un artículo sobre la psicología del pensamiento. ¿Entonces a que viene está soporífera introducción?

Viene a cuento porque voy a intentar, en cierto sentido, introducir el concepto de taxonomía en la esfera del humor. ¿Se puede acaso establecer tipologías, clasificar, un concepto tan ambiguo, tan amplio, tan subjetivo, como el humor? No creo que se pueda llevar a cabo esta tarea, al menos de una manera intensiva, extensiva y científica. Sin embargo, todos conocemos el humor irónico, el humor negro, el humor escatológico y demás ejemplos que se adscriben al concepto más abstracto de “humor”. Yo creo haberme dado cuenta de la existencia de un tipo de humor con unas características muy peculiares, tan peculiares que es posible que no constituyan una subcategoría con entidad propia (tal vez no sea más que la mezcla de diferentes tipos de humor), pero yo la voy a tratar como tal. Lo llamaré humor Pickwickiano. Ah, y por cierto: es mi favorito.

Hace poco terminé una novela de Charles Dickens, la primera que escribió: “Los papeles póstumos del club Pickwick”. Me la llevaría a una isla desierta. Es una de las mejores experiencias literarias que he tenido. ¿Es por su profundidad ideológica, por el penetrante aroma filosófico que desprenden sus capítulos? No, no es un libro que pueda constituir un pilar sobre el que se asiente una vasta edificación intelectual. ¿Es por su exquisita prosa, por su excelencia estilística? No, es un libro directo, ameno, poderosamente descriptivo pero poco ornamentado. ¿Entonces porque dicha novela me ha podido marcar tanto? Por una simple razón: es posiblemente el libro que más me ha divertido, que más me ha hecho disfrutar. La obra tiene como única (o principal) meta entretener y vaya si lo consigue. El divertimento por el divertimento. Hay que decir que el entretenimiento como fin artístico está injustamente devaluado. Compadezco a aquellos que, por ejemplo, no ven arte en una comedia de Billy Wilder porque sus ojos se esconden tras los opacos vendajes del intelectualismo; aquellos que sólo pueden identificar lo sublime con lo serio.

La novela plasma las crónicas de las peripecias de Samuel Pickwick, presidente del club Picwick, y sus compañeros del club (los Pickwickianos) en su aventura del saber. En todo momento se nos describe (a través de las actas del Club Pickwick) al señor Pickwick como un sabio, un “hombre inmortal”, fuente inagotable de conocimiento, además de un inigualable referente moral. Es un hombre, además, con un exacerbado sentido de la dignidad y el orgullo personal. En este punto, en la dignidad pickwickiana, nace mi particular concepción del humor pickwickiano. Dickens durante más de mil páginas nos narra como un hombre de tal altura se ve envuelto en diversas situaciones de lo más absurdas y rocambolescas. Ahí está la clave: pienso que el contraste entre la intachable y solemne dignidad del personaje y el esperpento de los hechos y de los actos es el epicentro del mejor humor. El humor Pickwickiano nace del contraste, una especie de dialéctica humorística que conduce irremediablemente a una hilaridad visceral.

Me puse a pensar y me di cuenta de que el humor pickwickiano no sólo se encuentra en el propio Picwick. Por ejemplo, un escritor que me encanta es Eduardo Mendoza. Es un magnífico gestor del lenguaje, alguien con una escritura virtuosa y dinámica. Al margen de sus magníficas novelas “serias” (ej: La verdad sobre el caso Savolta, La ciudad de los prodigios, etc.) escribió una trilogía descacharrante: El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas, El tocador de señoras. Libros todos ellos profundamente diuréticos. ¿Y que los hace tan graciosos? El mero hecho de que el protagonista, un auténtico impresentable (paciente psiquiátrico, ladrón, etc., etc.) habla y describe (las novelas están escritas en primera persona) las delirantes y patéticas situaciones que vive con el lenguaje de James Joyce; una especie de cruce entre El Vaquilla y Dostoievski. Tampoco hace falta focalizar el esfuerzo analítico en la literatura. Miremos al cine, un ejemplo actual: Leslie Nielsen (el protagonista de pelo blanco de películas como Aterriza como puedas, o la saga de Agárralo como puedas). ¿Qué hace que ese tío sea devastadoramente gracioso (por lo menos a mí me lo parece)? Efectivamente: su humor pickwickiano: la constante oposición entre su rictus serio, su dignidad y las monumentales chorrdadas que constituyen todas y cada una de sus acciones. Por cierto, ¿Charlot sería un icono universal del humor si el genial Chaplin no le hubiese conferido su inquebrantable dignidad? ¿Qué pensáis? El contraste es la clave. Al fin y al cabo, otras formas no pickwickianas de humor (aunque muy similares) como el sarcasmo y la ironía también tienen su génesis en el contraste.

Volviendo a “Los papeles póstumos del Club Pickwick”. Hace tiempo en un documental, que no recuerdo siquiera de que trataba, una persona dijo una frase que se me quedó grabada en la memoria: es tan insólito poder afirmar que algo o alguien te ha hecho feliz. Sí: es tan insólito que un libro te haya hecho feliz...

31 comentarios:

  1. hola, he llegado aqui sin saber muy bien como, la verdad es que ha merecido la pena, muy bueno lo que escribes, me ha gustado, espero volver
    saludos

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  2. Pertenezco a ese tipo de gente que también identifico lo sublime con el humor. El humor como un recurso de inteligentes, diría yo.
    De ahí grandes genios.
    Precisamente, aludo a uno de los que nombras: Eduardo Mendoza, porque es un escritor que me gusta especialmente. Sabe, como nadie, plasmar de manera magnífica el sentido del humor en algunas de sus obras.
    En fin, que me ha encantado lo que has escrito y más, como lo has escrito (como siempre).
    Gracias por el regreso a tu casa, a esta casa.
    Saludos.
    "Amigo".

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  3. La verdad no existe, pero menos mal que existe el humor.

    Un abrazo

    Chuff !!

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  4. Hola Sirena (creía que te habías vuelto a ir a Japón).
    A mí los libros me parecen todos unos cabrones e hijosperra. El humor no le entiendo. Reírse me parece igual que hacer arcadas -las confundo y me tengo que llevar la mano continuamente al bolsillo de los clínex, lo que me es molesto porque suelo llevar, además, los bolsillos estrechos y llenos de papeles de caramelos-.
    A mí no me gustan ni los libros ni Charlot ni nada. Porque no me hacen feliz.
    A mí, Sirena, eres tú la que me hace feliz.

    No te lo creas, claro, si no quieres.

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  5. Pues a mi Charlot me ha hecho muy feliz, mucho. Y el " Gordo y el flaco". Laurent y Hardy se llamaban.
    Es insolito pero tambien los saltamontes me hicieron feliz. Verlos saltar entre la hierba cuando era una cria, si.
    Me hace feliz la literatura, feliz y algo rara, a veces.
    Hola, sirena.

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  6. No he leído esta obra, pero tengo noticias de ella desde hace muchos años, y sólo esperaba el momento de tenerla a tiro. El escritor a quien más admiro, dijo una vez algo como esto: Una de las cosas que más lamento en la vida, es haber leído The Pickwick papers, ya no me será posible leerla por primera vez.
    Estoy de acuerdo con su posición, y de Leslie Nielsen, hay un gag que no olvidaré nunca:
    Están varios detectives ante el cadáver de una mujer desnuda y mutilada horriblemente; Nielsen la mira reconcentrado, y se pregunta en voz alta: " Me pregunto cuál puede ser el móvil". Uno de los detectives se le acerca por detrás y le sugiere: ¿sexo capitán?; L N sin girarse y con el mismo aire de introversión, levanta una mano en señal de negativa y contesta: "Ahora no, gracias"
    Está decidido, será mi próxima lectura; confío mucho en su criterio.
    Con respecto al último planteamiento, le diré que sí, que sí es posible; lo experimenté por primera vez cuando leí: Confieso que he vivido; sería feliz muchas otras veces a lo largo de mi vida por este tipo de motivos, pero ya no me sorprende.

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  7. Hola Amiguiña, caray cuántos tipos de humor hay, no?
    Te añado una categoría: humor impositivo.Es cuando no queda más remedio que reir por no llorar.
    Por cierto, menos mal que has especipicado lo de que fue tu mejor experiencia.......literaria. Cariñín, un bico desde Coruña.
    Sé que soy una pesadita, pero cuándo vas a venir a verme?
    Mira que os galegos consiguen de mortos o que non consuguiron de vivos.
    Eu que coñecerte. VALE?
    Otro bico.
    Diana.

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  8. ..pero que algo te haga feliz es tan y tan sencillo, es una emoción plena de satisfacción y gratitud, al mismo tiempo, que te acaricia y te envuelve como si fueses una crisálida y que no hay palabra que la pueda definir porque en cada persona se manifiesta de formas diferentes.
    Un libro, frases, palabras y comentarios,como el tuyo,emocionan y hacen feliz.
    La felicidad es pequeña y fácil de contentar,es íntima y recoleta, es sencilla, delicada y sutil ,de matices pequeños, pero de terapias milagrosas.
    Inuits

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  9. El contraste, hay está el nudo de donde se puede empezar a entender en un relato la ironia, el humor, que sea un buen reflejo de la dignidad humana.

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  10. Pues ni me sonaba el libro, pero me ha entrado la curiosidad. A ver si encuentro a alguien que lo tenga para gorroneárselo ...

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  11. ¡PLÍÑ! un diez
    La felicidad es muy inquieta se la puede encontrar en cualquier sitio

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  12. A mi me hace feliz poder leer a quien bien escribir sabe...
    Un buen libro, una canción,
    me hace feliz descubrir sensaciones
    nuevas, en escritos inteligentes, como los tuyos, y como otros que
    voy descubriendo al hazar.
    Me devuelven la vida, y agradezco
    que sus autores los compartan.
    Gracias Sirena Varada por ello.
    meim

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  13. Yo voy un momento al lavabo y vuelvo. Es que estoy que me Pickwicko encima.

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  14. Bien, iba muy bien la cosa hasta que... ¡¡Leslie Nielsen!! Norrrrr. ¿Comorrrrllll? Ese es un finstrooooo (fíjate con qué categoría de humor lo identifica mi cerebro). ¿No podías haber puesto como ejemplo, no sé, Cary Grant?

    Dicho lo cual: he pecado, aunque no he visto ninguna película de Nielsen, a veces, con algún gag suelto... me he descojonado.

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  15. Lobezno, dime ¿dónde ha ido a parar tu blog? ¿cómo puedo entrar en él? ¿Hay alguna puerta falsa?

    Dime donde escribes ahora y cómo puedo leer tus críticas de cine. (Mi dirección de correo está en el perfil)

    Me gustaría leerte.

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  16. El contraste es la clave. Pongamos,por ejemplo, que una persona tan profundamente intelecual en sus consideraciones y disertaciones literarias como usted, la encontránsemos bajo el sol naciente enfundada en un kimono de color rojo geisha.
    Eso si que es pickwickiano

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  17. Estoy de acuerdo con que Nielsen no sea, probablemente, el mejor ejemplo para sacar a colación en un elogio del humor pickwickiano.
    Aunque yo también me río con él. Como con casi todo lo risible, en realidad. Jajajaja.
    Lo curioso que a mí me ha ocurrido, siguiendo en el mundo de los cómicos cinematográficos, es alcanzar esa felicidad de la que hablas en la obra más seria del tal vez más genial de todos ellos: Monsieur Verdoux. Felicidad no exenta de dolor.

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  18. ¡¡¡Lobeznoooooooo!!
    ingéniatelas como puedas pero no dejes de escribir tus sensaciones tras ver una peli (olvidarlas es imperdonable)

    ¿Buenas películas japo, dónde, cuáles?

    -PD. Esa historia que está por escribir ya me gusta.

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  19. Pues sí. Me apunto a ese placer del humor pickwickiano.
    Y es que el humos tiene que ser así de inteligente para que dure.

    Besos.

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  20. Menos preguntar por pelis japo y más contar tu viaje japo (estoy seguro de no ser el único ansioso por saber cómo te fue de geisha).

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  21. Ya estás en mis links. Libros, humor y Ciorán XDDD!!!,uno de mis out-sider preferidos
    Me confieso agnóstica rematada, pero también me he planteado ese paralelismo de sueños y "más allá!"

    Me veras a menudo. Saludos!!

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  22. Cioran es un papanatas. Tengo que escribir un post serio sobre este tío.

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  23. hola... no se cuantos tipos de humor hay, solo se que me gusta el humor inteligente, a veces el rebuscado y hasta incluso el incoherente. Depende muchas veces del estado de animo con el cual te encuentres.

    un abrazo y los espero de visita.

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  24. "Soy sólo un accidente. ¿Por qué debo tomarme en serio?".

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  25. Me acaba de desmontar con la profundidad de la frase (¿?), así que dejo para otro día el ejercicio. Los interrogatorios son los que intentaré tratar cuando me ponga.
    Suyo,
    Alberto M.

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  26. El humor debería catalogarse como un arte en sí mismo. Algo que es capaz de provocarte, cuando menos, una sonrisa, que puede hacerte ver lo nimios que son los problemas que te agobiaban o que consigue derribar muros entre personas, evidentemente es algo sublime.

    Otra frase de alguien (me da igual el autor, aparte de que no lo se)
    La risa es la distancia más corta entre dos personas...

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  27. gracias por tu comentario. a mí también se me corta.- he visitado su museo dos veces, con 10 años de separación y eso pasa. espero estar ahí nuevamente en el 2017 y que me quite el aliento para devolverme a la vida.
    estoy en la parte del mundo donde la primavera acaba de llegar.
    más tarde leo tu post. un abrazo

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  28. No he podido leer todaía esta obra. Pretendía "sacarla" de alguna biblioteca pública (que mi economía anda bastante mal), pero visto lo visto, y atendiendo a tu recomendación (si viene de ti, es cai un imperativo), está visto que tendré que "rascarme" el bolsillo, o conseguir que alguien me lo regale, que, al fin y al cabo, ¿Qué son 30 euros, si así complaces a tu sobrino preferido, pongo por caso?.

    Y eso que Dickens es el autor de uno de los cuentos más "cargantes" de la Historia de la Literatura, el dichoso "Cuento de Navidad", a mi juicio, claro

    En fin, a ver si hay "suertecila".

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  29. Hola Sirena!
    Has hecho una crónica tan buena, que ma han dado ganas de leer ese libro.
    En cuanto a las películas, el humor estadounidense (tipo Leslie Nilsen, Jim Carrey, etc) no me resulta atractivo. Creo que difiere mucho del humor latino, el cuál si me resulta gracioso.
    Un saludo desde el sur.

    Danny G.

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  30. Bien por apreciar el humorismo de raigambre cervantina de que hace gala Dickens en su primera novela... Leo tu blog con admiración y cariño. Saludos desde papelesdelclubpickwick.spaces.live.com

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