Hubo una vez...

Me pregunto dónde y cuándo lo leí. Sólo sé que llovía y que la tarde invitaba a buscar cuentos para leer, y así fue como conocí esta historia que ahora relato y que me pesa en la memoria como los sueños que se repiten. Porque es verdad que la vida está llena de casualidades y de poros invisibles que ayudan a mover y dar forma al mundo.

(Flora on Sand -P. Klee)

Hubo una vez un aguador que todos los días llevaba a la ciudad desde un lejano manantial dos enormes cántaros de agua para abastecer a la población. Uno de ellos era hermoso, nuevo y de buena factura. El otro se había ido desgastando con el tiempo y ya era tan frágil que el agua se filtraba a través de él y cuando llegaba a su destino había perdido gran parte del contenido.
El cántaro más fuerte se había cansado de ver cómo hacía la mayor parte del trabajo y sin embargo recibía el mismo trato y cuidados que el otro, hasta que un buen día le preguntó a su dueño en tono displicente el porqué no se desprendía de un cántaro que ya resultaba inservible. El aguador sonriendo le contestó:
-Te equivocas, él es tan útil y valioso como tú. No siempre es lo que ves... Tú eres muy eficaz, llevas el agua a su destino sin derramar una sola gota y debes de estar satisfecho por cumplir tan bien tu cometido.
-Es precisamente por ello que no entiendo cómo es que no te deshaces del otro- le respondió.
El aguador suspiró y alzando la vista hacia el sendero le dijo:
-Mira hacia atrás…, observa ese el camino que recorremos todos los días y sobre el que se han ido derramado las pequeñas gotas de agua de tu compañero.
El cántaro observó entonces atónito cómo sobre la planicie gris y yerma había crecido un reguero de flores de todos los colores y formas imaginables, que olían a limón, y que habían convertido aquel camino en la senda más hermosas del lugar.

21 comentarios:

  1. Podría ser un cuento sufí. Yo lo leí en un libro del argentíno J.Bucay, es precioso y muy enriquecedor.
    Con una gran metáfora y la moraleja que te hace pensar.
    Gracias por sacarlo a este blog, Sirena, y por hacerme recordar.
    "Amigo".

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. No pude leerselo hoy a Cris, porque se fue a casa de fin de semana.
    El cuento me pareció muy eficaz en su sencillez extrema.
    Queda para el lunes, cuando vulva la "petisa". Seguro que le gustará.

    ResponderEliminar
  4. Pues antes de abrir esta ventana yo iba a citar a Bucay también... Pero nada, no lo hago.

    Me cito yo:

    Es lo malo de los cántaros jóvenes, que reclaman a quien les acarrea. Por qué no miran alrededor?. Mirarse al ombligo está a la orden del día, deberíamos ver los frutos de quienes nos precedieron y tenerles, por lo menos, un poco más de respeto.

    Un saludo
    Chuff!!

    ResponderEliminar
  5. Leproso, al hilo de tu comentario se me ocurre pensar que las cosas cuanto más sencillas son más eficaces y también la mejor solución...

    ResponderEliminar
  6. Zenycero, menuda reflexión dejas caer como quien no quiere la cosa... Es como para escribir un tratado de varios tomos. La otra posibilidad es resumirlo en una sola palabra: tu elocuente e inconfundible... "chuff!!"

    ResponderEliminar
  7. Alguien escribió la siguiente frase : No desprecies a nadie, porque hasta un átomo hace sombra.
    A uno de los doctos magister de mi centro de trabajo, le pregunté un día ,si en alguno de los libros de texto que él impartía, habia algun tema sobre la humildad, y me contestó que creia que no , entonces dije yo: que poco enseñan los libros de hoy.

    Hasta la estrella más pequeña aporta su luz a este gran universo. La E. de Tauro.

    ResponderEliminar
  8. El respecto y la admiración hacía la experiencia es la moraleja más apreciable de todas, atónicos y con un poquitín de sana envidia, nos quedamos al contemplar la obra precedente y si de ella mana la belleza sentimos un gozo inigualable.

    ResponderEliminar
  9. Hola Sirena:
    dejaste un comentario en mi blog y así llego al tuyo, de visita , pero, por lo que voy leyendo, me quedaré un tiempito, o regresaré para leer lo que publicas.
    Aprender, es la palabra que me queda como síntesis, siempre aprender y no dejar de observar lo que sucede a nuestro alrededor.
    Hasta nuestras pequeñas fisuras pueden dar alimento...
    Un gran abrazo desde Buenos Aires.

    ResponderEliminar
  10. No me gustan los libros de autoayuda pero leer esta historia me alegró el dia.

    Edurne

    ResponderEliminar
  11. Hola Sirena:

    Aunque la búsqueda de la emoción no sea la finalidad de tus escritos, siento decirte que no lo consigues.
    Has despertado en mí distintas emociones, especialmente con tu "Ataud blanco".
    Y la historia del cántaro también, porque ¿quién no se ha sentido alguna vez cántaro viejo?.
    Me gusta como escribes, y cuando leo algo que me gusta, me emociono.
    ¡Qué le vamos a hacer!
    Te seguiré leyendo, que lo sepas.

    Un beso.

    Soledad.

    ResponderEliminar
  12. ABRIL

    El amanecer le despertó con el cuerpo casi congelado. Todo era un silencio apenas empañado por el canto de los gorriones y de las golondrinas que anidaban al borde de su balcón. La calle a esas horas parecía un río ausente de gente y de coches. El reloj del salón daba las 6.30 de la mañana y apenas había claridad. Aquella época del año pasaba cargada de cambios en todos los sentidos y la vida se agrandaba en su interior en la misma proporción que el mundo infinito de los cinco sentidos más el corazón. A veces se reía y otras se lloraba. La sensibilidad estaba a flor de piel pues la vida era como una bomba a punto de estallar. El mes de Abril consistía para él en un milagro donde la naturaleza le daba ese empujón para tirar hacia delante y gritar que lo que se pensara, fuese sueño o realidad,era válido. La primavera es una oportunidad para no preguntarse si el ser humano es un loco de amarrar o si, por el contrario, es mejor no poner obstáculos y tener valor para dejarse arrastrar sin miedo por esa ola que es el placer de vivir. "Quizás lo más hermoso es sentirse vivo", pensó.


    Otro milagro de la vida está en aquello en lo que pusimos nuestra mano y sin pretenderlo, alguien la tocó para sacar de nosotros esa magia que ni hecha a conciencia saldría tan perfecta. A veces descubrimos el aprecio que le tenemos a alguna persona porque una vez nos brindó algo que verdaderamente nos llenó. Nuestra existencia forma parte de un engranaje del que sólo escapamos para morir y aún así, viviremos de una forma o de otra en el recuerdo en el que una sonrisa, una mirada, una palabra, un hecho sin importancia se convertirá en algo impagable. Vivimos doce días y yo me quedo con el cuarto...el mes de Abril. Hoy es seis de Abril y ocurre que todo tiene un color más vivo. Los rojos son más rojos, el verde es más verde, el azul es más azul...Como si alguien pintara con un pincel mágico y diera una capa de pintura a todo. En fin, Abril para mí es ese cántaro roto.
    Buscador

    ResponderEliminar
  13. (Abril es mucho Abril, Buscador...)

    "Abril para vivir, Abril para cantar
    Abril, flor de la vida al corazón
    Abril para sentir, Abril para soñar,
    Abril la primavera amaneció

    La luna fué en Abril, en Abril fué el amor
    que un día entre las rosas despertó
    toda la soledad de flores se llenó
    dejando por el aire esta canción

    Como una golondrina
    por el mar se perdió
    como una golondrina
    el amor se llevó
    y me dejó el dolor para cantar
    y la luna de Abril para olvidar

    Aquel lucero azul de tu boca la flor
    se levantó con el amancecer
    donde se muere el mar de mis ojos
    te amé y a tu cuerpo de alondra me abracé..."

    ("Luna de Abril". Carlos Cano)

    ResponderEliminar
  14. Este cuento en la época actual sería un poco más largo y podría acabar más o menos así:

    El aguador fue multado por malgastar agua, el cántaro confiscado por carecer del certificado de haber pasado con éxito la ITC (Inspección Técnica de Cántaros) y el camino pasó a formar parte de una urbanización con campo de golf y piscinas privadas.

    Del manantial sólo queda constancia en el nombre de una de las calles de la lujosa urbanización. El agua seguramente buscó un lugar más apropiado donde manar, quizá donde aún quedara algún aguador clandestino.

    P.D. Quiso ayer el destino que este final (u otro similar) se perdiera en el limbo de los comentarios perdidos. Seguramente no se hubiera perdido gran cosa, pero qué le voy a hacer si siempre me empeño en no dejarle que se salga con la suya...

    ResponderEliminar
  15. Nunca hay que dejar que el destino se salga con la suya. Sobre todo cuando lo prometido es deuda. Ojalá siempre estuvieras en deuda y te prodigaras más por aquí. Menos mal que en este blog se conserva como una reliquia tu cuento "Tanto tiempo"

    Y dejémonos de ensoñaciones... el aguador se lo había buscado, y el cántaro también, jajajaja

    Un millón de gracias por tu habilidad para sacar siempre una sonrisa de la nada ....

    ResponderEliminar
  16. ABRIL

    Sentir que siempre espera un nuevo día
    Escuchar como nace la luz
    Volar dentro de uno mismo
    Tiritar con el alma desnuda al amanecer
    Nacer para vivir como nunca
    Mirar cómo otros ojos te miran
    Sonreir y llorar al mismo tiempo
    Coger al azar el sentido de ser
    Mirar al espejo y ver que eres tú
    Sonrojar la mejilla y dejarse llevar
    Escuchar el grito de lo hermoso que puede ser el silencio
    Vivir queriendo de verdad
    Vivir para amar de verdad
    Cerrar los ojos y ver la luz interior
    Ser Abril...eternamente Abril

    Buscador.

    ResponderEliminar
  17. En general a mí tampoco me gustan los libros de autoayuda, sin embargo, sí me gusta el Bucay "contador de cuentos". ¡Qué le vamos a hacer!
    Debo decir que me ha sorprendido (no la opinión, sino la forma de tu comentario) tanto que me ha dejado sin palabras.
    Tardaré en recuperarme.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  18. Qué bonito Buscador, me ha encantado tu "Abril".
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  19. Y NUEVAMENTE ABRIL A FLOR DE CIELO...

    Y nuevamente abril a flor de cielo
    abre tus manos tibias, y yo canto
    el júbilo entrañable y el espanto
    que en mi sangre derramas con tu anhelo.

    Amo la gravidez del alma, el vuelo
    por la caricia que hasta ti levanto,
    y el fuego triste hallado en el quebranto
    de la distancia -aborrecible velo-

    Amor: abril, tu cómplice, desvía
    la ruta del temor que disminuye
    y disfraza de fiesta su agonía.

    Eres abril de nuevo, amor, y nada
    escapa de tu ser: todo confluye
    a cobrar plenitud en tu mirada.

    Ruben Bonifaz

    ResponderEliminar
  20. He consultado el libro (no nombro al autor) y parece ser que este cuento no es sufí, tiene su origen en la India.
    Quería aclararlo para el que le interese, simplemente.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  21. yo creo que el aguador se equivoca, no es el cántaro viejo el que ha hecho que crezcan todas esas flores, las flores crecieron porque por ese camino pasó antes una sirena a flote navegando rumbo a lo desconocido y ganando barlovento. Ya puedes recoger las flores, te pertenecen.

    ResponderEliminar