CARICIAS DIVINAS

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Para Scila, por sus sueños


No hay sueño sino búsqueda. La búsqueda es sueño.
(El rey del metro)






Me considero una persona muy escéptica. Mi fe no suele transgredir las fronteras que establecen mis sistemas sensoriales, dicho de otro modo: mis sentidos son mi fe. Me cuesta creer en lo que no veo, en lo que no oigo, en lo que no puedo percibir, en definitiva, de una manera inequívoca, taxativa. Esta forma de captar el mundo me conduce a su vez por veredas racionales a la hora de interpretarlo. Me encantaría creer en reinos que no son de este mundo, pero me cuesta abandonarme a esas explicaciones que exigen ojos cerrados y corazones abiertos. A veces pienso que todo es ciencia, células, átomos... y que la naturaleza nos maldijo con la conciencia de nosotros mismos para luego desaparecer sin más, que el hecho de poseer inteligencia no nos confiere un alma inmortal, que la vida no se sustenta en la moralidad ni en un final feliz antes incognoscible, que la vida no es un secreto, que la vida es vida y nada más. Lo dicho parece el dogma de una persona ortodoxamente atea pero, aunque resulte paradójico, no es así. Hay un fino hilo que me ata al agnosticismo, al “quizás”; ese fino hilo es el misterio de los sueños.

Creo que los sueños son, posiblemente, los únicos hechos inabarcables por mi empeño racional. Me explico: no quiero decir que pueda otorgarle a todo una explicación fundamentada en la razón –ojalá- pero sí que puedo suponérsela. En cambio, me es imposible abordar desde una perspectiva racional los sueños. No me adscribo a una concepción freudiana de ellos: no creo que encierren un significado psicológico, por lo menos tal como entendemos el término “significado”; no pienso que se manifiesten por el relajamiento de un invisible mecanismo represivo; me niego a creer que estos se puedan interpretar a partir de determinadas pautas como jeroglíficos con su Roseta. ¿De verdad, como asevera Freud, la mente del hombre es tan sumamente metafórica? Nuestra mente dibuja imágenes que encierran significados que trascienden estas imágenes, los sueños son laberintos plagados de simbolismos... ¿Cómo, una persona tan racional como yo, podría creer algo así? No puedo creer una teoría que presupone a la mente como una máquina literaria. Para mí esto no es más que semántica, retórica que se asienta en un frágil empirismo. El intento de Freud, a mi juicio por supuesto, fue original, bello, brillante, pero vano y no ajustado a la “realidad”.

No es mi intención perderme en el jardín psicoanalítico sino intentar ahondar en un misterio. Entiendo por misterio aquello que no tiene o tiene muy difícil explicación y para mí no hay nada comparable al misterio de los sueños. Huyamos de concepciones poéticas, musicales, incluso cinematográficas, que han hecho de los sueños materia prima de la representación artística, y admitamos un aspecto: los sueños suelen ser, en su gran mayoría, absolutamente absurdos, inconexos, anárquicos. Casi nunca obtenemos una muestra (ej: caernos hasta estrellarnos contra el suelo) que se puedan atener al manual de Freud.

No, no puedo encontrar una explicación científica, ni siquiera suponerla. Siendo racionales lo normal es pensar que cuando morimos todo se acaba; pero... ¿no sería también normal que cuando fuésemos a dormir todo fuese oscuridad y no hubiese espacio para los sueños? ¿Por qué tenemos diseñados en nuestra mente esos pequeños milagros cotidianos, esa experiencia tan absolutamente diferenciada y especial con respecto a cualquier otro hecho humano? ¿Si existen los sueños cuando dormimos por qué no va a existir “algo” cuando morimos?

Sé que es una argumentación que puede resultar ilógica, pueril, espuria. Pero no por ello voy a dejar de considerar a los sueños como ese fino hilo que me une ya no al agnosticismo sino a la “inmortalidad”, de interpretarlos como pequeñas caricias divinas.

28 comentarios:

  1. No podría estar más de acuerdo con sus palabras y percepciones. Gran parte de la teoría frudiana es aplicable, estrictamente, al bueno de Sigmund; pretender extrapolar las claves de un señor concreto de la Viena del XIX, a las de un niño Chechenia, Irán, Francia o de un barrio alto de Catalunya, es al menos, un brindis científico al sol. Ya Deleuze ponía en cuestión hace mucho tiempo (y con una lógica aplastante) la hipotética cualidad radical de algunas obsesiones, estableciéndolas más con las características de un rizoma, que de una raíz vertical.
    Cada uno es el Freud de sí mismo, intentar pagarle a otro señor para quitarnos del problema, es a veces una mera esponsorización de aquel, y la asunción de ser dependiente de por vida.
    Lo de las caricias divinas le ha hecho ganar unos cuantos puntos en mi liga particular.

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  2. Para mí la fe es ya solo confianza. Confianza en el razonamiento y en la racionalidad y confianza en las personas que razonan.
    No me fío de intuiciones ni de presentimientos ni de experiencias místicas.
    Puedo fiarme de la actitud moral de una persona que vive como piensa y cumple con unas normas éticas.
    Pero dios es una creación del razonamiento humano como antes fue la explicación de nuestra ignorancia.
    No encuentro argumentos racionales para el más allá ni siquiera como si fuera un sueño que uno seguirá soñando después de muerto.
    Sin embargo he de reconocer que dios es una de las mejores metáforas que la humanidad ha empleado para plasmar su idea de bondad.

    Besos.

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  3. Yo solo sé que me encanta la forma en la que escribes, me encanta. Eso sí que son caricias


    Besos
    Edurne

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  4. En fin. Yo soy ortodoxamente ateo. Alguna vez me he acercado con curiosidad al budismo, pero no ha funcionado. Lo diré en palabras de alguien que reconocerás: “Mi facultad de decepción sobrepasa el entendimiento. Ella es quien me hace comprender a Buda, pero también es ella quien me impide seguirlo”.

    Y sí, sí que creo en la mente como una máquina literaria sumamente metafórica (lo que no creo es que exista una piedra Roseta para interpretarla). Una mente angustiada, a veces por “anécdotas” de la propia vida, y siempre por no entender su propia existencia. Aunque sueño poquísimo (¡¡y casi nunca con sexo, joder, ni en sueños!!), me divierte la tarea de encontrarles un significado.

    Hoy he aprendido con qué sueñan las sirenas, con un fino filo que sostienen en su boca y se pierde en el inmenso océano.

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  5. Las pequeñas caricias divinas no se hacen realidad sólo en los sueños cuando estamos dormidos, también en los sueños diurnos o conscientes. Nuestra formación racional occidental nos lleva a negar metódicamente realidades que no sean científicamente probadas.Pero eso que llamamos ciencia está manipulado y en la mayor parte de las veces incluso "pagado" y al servicio de intereses políticos.
    Creo que la duda racional y la apertura al misterio es el camino hacia la verdad

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  6. Hace muchos años me enganché a un programa de radio que emitían a las tres de la mañana los sábados; cuando la gente estaba más animada en la discoteca yo me marchaba para escuchar ese programa. Se llamaba "Mi querido diario" y consistía en leer cartas de gente que buscaba soluciones a cosas sin solución. Una noche, recuerdo que leyeron una misiva de un chico cuya enfermedad, según su psiquiatra, ya no existía; que todo consistía en "soñar despierto" y ya no la padecía. Pero él necesitaba una explicación y un motivo para seguir viviendo porque todo aquel cataclismo no se pasaba así como así; “tú te tomas esto y ya estás curado”.
    Por desgracia quien padece una enfermedad mental ya sea leve, moderada o grave, nunca la olvidará. Este chico tenía lagunas repletas de dudas y una falta de ilusión hacia la vida, en la que yo me veía reflejado en aquel tiempo. Me preguntaba por aquello de soñar despierto y donde estaba la frontera entre lo real y lo irreal. ¿Cómo aquel médico dictaminaba aquella frontera si los sueños traspasan la realidad como el agua por un colador? Yo me sentía enfermo porque aquel muchacho hablaba de una forma tan convincente como yo lo haría en mi mejor razón. A veces (y ustedes disculpen por mi alusión a las canciones de Radio Futura) he perseguido una verdad, como un hambriento y de todo corazón, que conseguí de forma autodidacta. Quien me conoce dirá que soy un tipo original porque mis conclusiones son personales y no copiadas de ninguna otra voz más que de la mía. Vuelvo a Radio Futura y no desvelaré el significado completo de una canción cuya letra dice algo así: "Una quietud más veloz que la luz"... ¿Y ESO QUÉ ES? me preguntaba, !QUE COSA MÁS RARA! Una cosa que está quieta y a la vez en todas partes como Dios. Otra canción dice que se abre la noche...PERO... ¿QUIÉN? ¿UN VENDEDOR DE CIRIOS PARA CUANDO SE VA LA LUZ?
    Y... Colorín colorado mi búsqueda de verdad, ha empezado.

    P.D. Para más referencias visite la página de Santiago Auserón y Juan Luis Guerra. Ahora que no nos escucha Sirena, así por lo bajini, que está un poco locaaaaa.

    Buscador.

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  7. Hay una cosa que he aprendido sin darme cuenta. A veces la duda y lo incierto nos trae verdades que sin darnos cuenta dan solución a otras dudas que teníamos. Buscamos algo que nos desespera y en ese martirio desvelamos verdades tan importantes como el despropósito que puebla nuestra cabeza. No recuerdo bien lo que dice ese argentino anunciando el Aquarius ¡ah sí ! EL SER HUMANO ES MARAVILLOSO. Pero a mí me gustan el whisky y el Ron...y... la cerveza...y...los sueños...

    Buenas noches ya es tarde.

    Buscador.

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  8. Lo son, lo son, no lo dudes, son caricias o zarpazos, son el misterio mas puro y profundo, es Tom Sawyer pescando en la ribera del rio y tu abuela tendiendo brazos descarnado. Es mas yo sueno suenos de otros. Estoy segura de ello.

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  9. Qué maravillosamente bien escribes, Sirena.
    No se me había ocurrido pensar en esta cuestión, puede que lo que te preguntas tenga algo de cierto. Lo dejo en la duda como tantas cosas.
    Por otro lado, con el escepticimo que también me caracteriza, me inclino del lado de ybris y pienso igual, excepto que yo sí me fio de mi intuición. Casi siempre acierta.
    Buscador, me alegro de verte de nuevo. Me encantaba y me encanta Radio Futura...y todo lo que escribes.
    Un saludo.
    "Amigo"

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  10. Pues mis candelas siempre dispuestas para aquellos Dioses de lo no conocido.
    El entendimiento me aburre, y lo establecido me sofoca.
    Es mi universo y lo reparto, ¡vamos, despierten, estamos en un sueño!

    Besos, sin tocarte, sin mirarte, sin conocernos, y sin embargo sabes que estoy aquí.

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  11. Hola
    Sirenita, sigo esperando a verte varada en alguna de las hermosas playas de mi querida Coruña o de laguna de las miles de los alrededores.
    Será tal vez éste un sueño no interpretable por Freud?
    Ya sabes: los sueños sueños son y dejan de serlo cuando intentamos tocarles las narices e interpretarlos según nuestros deseos.
    Porqué todo tiene que ser como queremos que sea?
    Por qué hasta los sueños, que como bien dices son incontrolables, anarquistas y caprichosos, tienen que tener una lectura "lógica"?
    Seguiré amiguiña soñando y, en mis sueños "quiero" ver una Sirena en Riazor(me vale cualquier otra playa, una cala y hasta una duna)
    Un biquiño
    Diana

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  12. Independientemente de Freud, de las creencias y religiones y de todo lo que significa el mundo "desconocido-incomprendido", pienso que los sueños, tanto los que mantenemos cuando estamos despiertos, como los de cuando estamos dormidos, son los que más dicen de nosotros mismos. Tan sólo es cuestión de pararse un poco a analizarlos y buscar respuestas.

    Me quedo con esta frase que me ha gustado mucho: "¿Si existen los sueños cuando dormimos por qué no va a existir “algo” cuando morimos?

    Un abrazo

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  13. buenas:
    unir el soñar con la inmortalidad ha sido todo un acierto esperanzador ;)
    sobre la inmortalidad no opino, cuando muera lo sabré, jeje
    sobre los sueños... suelo soñar, algunas veces cosas inconexas, creativas?, pero normalmente suelen ser "mini series" de cosas que tengo en la cabeza durante el día, un no desconectar

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  14. Me encanta que los sueños puedan ser la aproximación trascendente de su existencia,claro que,a mi modo de entender,cuando usted escribe, usted es dios en esencia y presente sus palabras.
    Está muy bien su reflexión, gotea necesidad de entender desde otro punto, y eso, son puertas abiertas a beber de la trascendencia del ser.

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  15. Sean del tipo que sean, creo que no seríamos nada sin los sueños, raíces que mantenemos ocultas y sacamos a la superficie cuando el ser lo necesita.

    Atentamente

    Bandolero El Tempranillo

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  16. Como me decía mi abuela: Hijo, somos muy malos.

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  17. Yo si creo en algo que ni siquiera sé si es: creo en el ser humano en abstracto, en el concreto sería más complicado. Y creo también que en toda creencia debe haber un cierto margen para la duda, cuanto menos, razonable.
    ¿Por qué me atrevo a escribir las tonterías que escribo? Pues porque gracias a mi ignorancia supina sobre esos temas relacionados con la mente que para sus estudiosos suelen ser susceptibles de contarse, pesarse o medirse y, además, contrastarse, y sobre aquellos otros que definen con exactitud las reglas del comportamiento del hombre y su entorno pero que ni de lejos rozan la cuestión fundamental, la del vivir y cómo pretender hacerlo sin morir en el intento; mi proverbial ignorancia, - repito - en ese tipo de temas, me deja un amplio margen para divagar sobre la vida, sobre el ser humano, sobre el más allá y el menos allá sin riesgo a equivocarme porque ya asumo por adelantado el estar equivocado, e incluso, quizá, sin más consecuencia que el mero interés circunstancial y relativo que pudiera tener en cada momento. Vivir ya es suficientemente complicado para además pretender encontrar una explicación. Ya, ya lo sé; lo mío es pura divagación y entretenimiento y lo de los otros la necesidad de respuestas concretas a problemas ¿seguramente? concretos. Pero me refiero a esa situación anterior, sin que el término implique la necesidad de un después inexorable, y generalizada de los que nos creemos con cierta curiosidad, buscamos, nos preguntamos y estamos por algo más que simplemente estar.
    Yo imagino, doy vueltas sobre mi mismo sin cerrar del todo el circulo para permitirme una escapatoria, y cuando está próximo el agotárseme la esperanza, ese gran cajón de sastre para todo, suelo elevar la mirada un poco más de lo habitual, hacia donde, según parece, dormita el mundo de la magia, del tal vez, del por qué no, y confío en que algo ocurra.
    También me declaro escéptico, pero un escéptico de buena fe, que nunca cierra todas las puertas, y mucho menos se atrevería a cerrar las que otros se abrieron a si mismos, y que, ¿quién sabe? algún día pudieran servirnos.
    Sueño mucho y todos los días. Pero mis sueños lo son con horario de oficina (¡no en la oficina!), con los ojos bien abiertos, y casi siempre con la sana intención de encontrar razones para seguir allí, aunque siempre haya sabido que seguiría allí aún sin encontrarlas.
    Mis sentidos no me interesan más allá de lo estrictamente imprescindible y quizás por meras razones de supervivencia. La verdad es que no me fío de ellos, ¿tal vez por inconsistentes? ¡Seguro! De mis emociones y mis sentimiento, ¡sí! Soy dueño de ellos o creo serlo pero, como casi siempre, dentro de un orden.
    Acepto todo lo que no veo, oigo o percibo pero que alguien dijo alguna vez que era así, pero mi aceptación lo es a título de inventario, desapasionada y elegantemente, o, dicho de otro modo, con la distancia precisa de por medio.
    No sé una palabra sobre Freud; no sé una sola palabra de la vida; no sé una sola palabra de casi nada, y algunos puntos concretos de mi ignorancia me dejan indiferente y otros no, y estos últimos lejos de agobiarme me apasionan en el ejercicio de este deporte simi-incruento de la elucubración y la retórica que seguramente es otra forma distinta de agobio.
    ¿Qué quiero decir? Que la vida me encanta tanto como me desencanta. Que no sé si habrá más allá y tampoco me importa, absorto como estoy en conseguir descifrar y encontrar cierta coherencia en el más aquí, incluso en llegar indemne a cada final de jornada sin sentirme victima ni causar demasiados daños colaterales. Que no creo en verdades comunes absolutas, que pudiera haberlas e incluso ser muy validas para quienes las sustentan, pero sí en verdades propias absolutas aunque no resuelvan nada. Que trato de limitar mi ego porque no me satisface del todo. Que me espanta la soledad y me agobia la multitud. Que me encantan los sueños. Y que las mentiras piadosas con uno mismo no sirven para nada pero parecen ser antídotos perfectos contra la depresión habitual, esa que arrastramos todos a pesar de médicos y formulas magistrales. Al final todo parece consistir en saber mirarse al espejo sin caer en el puro narcisismo y conseguir reconocerse casi siempre.
    Le pido disculpas. Su testo es equilibrado en la forma, que domina a las mil maravillas, y en el fondo, contundente, serio y meditado. El mío,… En fin, que si me ha entendido, por favor ¡me lo explica!

    PD. – Gracias a usted no siento necesidad de escribir en mi blog. Cuando se harte de este abuso me lo hace saber sin nigún miramiento, por favor.

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  18. "Sólo se se que no se nada": este es el principio socrático del conocimiento. Conocer, saber...se fundamenta en un radical escepticismo. Y yo estoy de acuerdo, ¿o no?

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  19. Realmente, tienes una forma tan tierna de expresar las cosas que lo tuyo sí que se pueden considerar caricias literarias, y son el bálsamo para mitigar las tristezas del alma
    Felicidades por tu blog
    Saludos
    Rampy.

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  20. "Hasta no ver [o sentir, oler, gustar...], no creer" es algo perfectamente razonable, hasta en la Biblia está Tomás para hacerlo patente. El detalle está en que nuestros sentidos son absurdamente limitados, hay colores que no vemos, olores que no percibimos, sonidos que no captamos y muchos animales si... Y entonces el agnosticismo se convierte en una posición impecablemente lógica, o al menos ciertos tipos de agnosticismo.
    En cuanto a los sueños, me quedo con la explicación de Jung, más que con la de Freud, en el sentido de que son un complemento a nuestro consciente, es decir, también nos ayudan a percibir el mundo, pero de otra manera.
    Saludos.

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  21. La neurología más actual abunda en que el mecanismo de los sueños surge de la necesidad del cerebro de ordenar los recuerdos. Soñamos para no perder la memoria de las imágenes almacenadas. Es posible que si no tuviéramos memoria tampoco hubiera sueños, serían innecesarios.

    En cuanto a la trascendencia de nuestra conciencia parece poco probable dentro de las limitaciones de la materia.

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  22. Interesante y novedosa reflexión y como siempre, escrita de un modo exquisito.
    Creo que para los sueños no tenemos defensas, tal vez por eso existan, por ser incontrolables. Tal vez nuestra mente y nuestros deseos necesiten salir a volar sin normas, sin reglas, sin prejuicios, locamente desordenados, sin control, sin tiempo ni espacio. Tal vez nuestros sueños, sean la depuradora de la realidad y gracias a ellos podamos levantarnos cada mañana y soportar esa realidad tan irreal,
    Tal vez al nacer nos durmamos y quién sabe si al morir, despertamos y quién sabe si toda la vida es… simplemente un sueño y nuestros sueños estén dentro de otro sueño “El sueño eterno”
    A mí siempre me pareció, que cuando alguien se hace preguntas sobre lo que habrá mas allá de la muerte, seguramente es porque desearía otra oportunidad para vivir de otro modo. Por ese motivo lucho cada día de mi existencia, para no necesitar ninguna vida más y vivir cada día de esta, como si de “un sueño” se tratase,
    Si viviésemos cada día con la libertad con la que soñamos, tal vez no necesitaríamos” Las caricias divinas”.
    Siempre es un placer visitarte.

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  23. hola:

    Creo sinceramente que los sueños son una baja en la frecuencia de las ondas eléctricas del cerebro, tenemos el sueño RAM; ROM, etc. Sin embargo no todo puede ser tan científico, a veces, cuando pienso en el sueño y en su parecido con la muerte me asusta dormir.

    También creo sinceramente que los sueños son la preparación consciente de la muerte, los sueños son muerte con subconciente y por qué no también conciencia. Y muerte es muerte. Solo ella.

    La verdad, los sueños me asustan, me desconciertan, y sin embargo he de aceptarlos y comprender que son sueños.

    Excelente final, todo el texto es enigmático. Sabes que leí "Pastoral Americana" por tu recomendación, no pensaba leerla, pero leí tu recomendación de Everyman y ahora soy fanática de Rtoh, besos.

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  24. Buen viaje Maiko; he contactado con mis pares nipones, y me han asegurado que está todo previsto para un raid exitoso. El único inconveniente es que se han negado (tras mi propuesta), a incluir una imagen de patrocinio en el quimono, son demasiado tradicionalistas; ¡con lo chulos que hubieran quedado en la seda florida Naranjito y Julio Iglesias!

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  25. "Creo que los sueños son, posiblemente, los únicos hechos inabarcables por mi empeño racional"
    Y desconfia de cuando los sueños se hacen realidad... algo falla!
    Saludos

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  26. Bueno... me gusta tu entrada.
    En la base de toda sensibilidad, siento que debería encontrarse la apertura al misterio que habla el doctor. Olvidandose de religión, de fe, de su práctica, etc, la experiencia personal con Dios es un encuentro amoroso y siempre he creído que cada uno de nosotros somos el sueño de Alguien..."el corazón tiene razones que la razón desconoce"
    Un saludo

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  27. Hum, curiosa y poco nítida la frontera entre fe y razón. Si lo pensamos bien, creemos muchas cosas que nuestra razón no puede verificar: nunca veremos un átomo, nunca sabremos por nuestros propios medios si hay otros mundos en el universo, nunca sabremos si son ciertas las noticias que nos llegan de países lejanos.

    Y soñando no sabremos si estamos despiertos, o despiertos no sabremos si aún estamos soñando. Nos despertaremos riendo o llorando, nos dormiremos llorando o riendo. ¿No aceptaríais un sueño eterno de felicidad, aún sabiendo que no es real?

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  28. Es casi un tópico: la vida es otro sueño del que también tenemos que despertar.

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