EVERYMAN

Hay libros que atrapan: libros que atrapan por lo que cuentan; libros que atrapan por como están contados; libros que atrapan por su prosa inteligente; libros que atrapan por su poesía visceral; libros que atrapan desde su comienzo; libros que atrapan una vez terminados; libros, incluso, que atrapan por una sola frase, una sola reflexión, una sola certeza. Por primera vez, sin embargo, un libro me ha atrapado por su verdad. El libro se llama “Everyman” y lo escribió Philip Roth.

Me apasiona (casi) todo lo que escribe. Es un escritor que tiene un gran olfato cómico pero también un desarrollado sentido trágico. Nada artificioso, sabe penetrar en los más agrestes parajes reflexivos a través del lenguaje cotidiano. Alguien sin ataduras morales o estilísticas, enemigo acérrimo del pudor, honesto, libre, descarnadamente sincero. Sabe, además, plasmar como nadie la melancolía de lo que pudo haber sido y no fue, la nostalgia de lo que fue pero no volverá a ser.

La portada es totalmente negra, sus dimensiones se corresponden con las del típico “libro de bolsillo”, no supera las ciento cincuenta páginas... Todo está envuelto en una estética inofensiva, inocua. Es imposible intuir el peligro. Justo antes de empezar a leerlo pensé: “al menos me servirá para entretenerme un rato”. ¡Qué error!

Es cierto que es una novela que se puede leer de una sentada pero no es menos cierto que tras leerla posiblemente te quedarás sin fuerzas para poder levantarte. Más que una novela es un testamento, un testamento literario. Un relato que habla de la muerte y la vejez (mis obsesiones y las de tanta gente) sin anestesias lingüísticas, sin ornamentos, sin poesía, realista hasta la nausea. El argumento se resume en una sola palabra que, curiosamente, ejerce de título: Everyman (en castellano un hombre cualquiera) –Un inciso: creo que es un error que en España hayan titulado al libro “Elegía”. Se carga su espíritu–. Un hombre que lleva una vida cualquiera preñada, como cualquier vida, de anormalidades (en este caso divorcios, hijos rencorosos, soledad forzosa, etc), que envejece como cualquiera y muere como cualquiera. Advierto: no es un libro apto para hipocondríacos pues narra con absoluta minuciosidad todas las estancias hospitalarias del protagonista. Puede que mucha gente juzgue este afán descriptivo como innecesario, fútil y prescindible; pero en mi opinión, precisamente en esto reside la gran enseñanza de Roth: la persona es, ante todo y sobre todo, cuerpo. El cuerpo es el mayor catalizador de actos vitales que existe. Envejecer no es más que el deterioro del cuerpo y, cuando esto ocurre, nada más importa. Se pasa de vivir a sobrevivir. El cuerpo se convierte en Dios, cárcel y condena, como dice Roth: “La vejez no es una batalla; la vejez es una masacre”.

Por si no fuera bastante, en la vejez debemos enfrentarnos a la idea de la muerte y esto a su vez significa, más allá de creencias o de cualquier empeño racional, sentir miedo. Un miedo paralizante y atroz. La muerte nunca se acepta, ni como idea ni como instinto. La muerte puede ser el mal menor (la muerte como evasión), la muerte, incluso, puede desearse pero nunca aceptarse. ¿Cómo se puede aceptar que un día dejaremos de existir? ¿Cómo se puede aceptar algo así? El protagonista de la novela en el ocaso de su vida queda reducido a cuerpo y miedo, soledad y recuerdo. ¿Y esto tiene algo de especial?: No. Es sólo la vida de un hombre cualquiera. Roth nos transmite que la existencia de la enfermedad y de la muerte hace que toda vida sea, intrínsecamente, trágica.

Sin embargo, lo verdaderamente descorazonador es que estás leyendo Everyman como si se tratase de una novela de ciencia-ficción, como si no fuese más que un delirio imaginativo del autor, como si todo lo que cuenta nos fuese a ser ajeno; tal vez es la única manera de poder soportarla. Pocas veces una novela me ha transmitido tanta verdad. Una novela, en verdad, terrible. Una novela necesaria.

19 comentarios:

  1. Suena terriblemente atractiva en tu recensión.
    No la había leido. Así que me la apunto para cuando pueda.

    Gracias.

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  2. Tras tu comentario acerca de este libro, también para mí resulta muy atractiva la idea de leerlo. Me gusta lo que he leído hasta ahora de Philip Roth y me gusta él mismo.
    Esta no la conocía, así que no tardaré mucho en tener esta novela entre mis manos.
    Gracias Sirena por tu clarísima descripción.
    Un saludo.
    "Amigo".

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  3. No soy partidaria de recrearse en el tema de la enfermedad y mucho menos de la muerte así que me alegra saber de una novela que nunca voy a leer

    Edurne

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  4. Me lo apunto (que lo de la muerte me llama mucho, jajajaja). Además no he leído nada de él y así lo descubro.
    Un beso.

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  5. Ya lo dijo Rilke por ahí, “la verdadera patria del ser humano es la infancia”.

    Me produce un enorme placer disfrutar de tu escritura, y un absoluto privilegio.

    Ya los sabes, un abrazo

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  6. Valga este inciso para aclarar que no llevo comisión con la editorial, ni con Mr.Roth.
    Y ya, de paso, aprovecho para para decir que hace un tiempo que dejé de responder a los comentarios que llegan al blog, pero los recibo con la gratitud y el respeto de siempre y sobre todo, y más que nada, con mi afecto.

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  7. Hola
    "La vejez no es una batalla; la vejez es una masacre”.
    Sirenita, también la vejez puede ser el tiempo regalado para la complacencia de lo vivido.
    Si la infancia es el preludio de lo que se viviá, poequé la vejez no ha de ser su memoria?
    Un millón de biquiños.
    Tienes que venirte a Coruña.
    Diana.

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  8. Evidentemente el sr. Roth no requiere de presentación alguna. Ha sido y es un escritor iconoclasta, irreverente, directo, con sus propias y genuinas filias y sus fobias, pero por encima de todo terriblemente humano, con esa humanidad que es siempre desbordarte, y casi siempre desgarradora y demoledora; a veces procaz y otras muchas casi poesía urbana. Pero siempre con el sentimiento propio a flor de piel y sin disimulos.
    Creo que el libro estuvo a punto de no ser publicado, o parece ser que así se lo aconsejaron, pero yo lo he leído y releído, como he hecho con otros muchos libros del mismo autor, y siempre me he sentido satisfecho de mi decisión. Patrimonio me dejó también fuera de juego y sin necesidad de puntilla. ¿Cabe una sensación más contradictoria en el mundo de los conceptos, no de las emociones? ¡ Pues por eso!
    Comparto todo lo que has dicho

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  9. Decididamente ha conseguido despertar mi curiosidad con el comentario de esta obra.
    Por la foto de Monsieur Roth, ccreo que sabe de lo que habla, y alguna de sus frases son demoledoras. No quisiera parecer inmodesto, pero después de ver la traducción que han hecho del título, intentaré leerla en Inglés.
    Gracias por la sugerencia.
    Quisiera recomendarle la lectura de un post que me encontré hace un rato y que pertenece a un estadio previo a las especulaciones de Philip Roth:
    http://calimatias42.blogspot.com/

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  10. no sé, no sé... no tengo muy claro que no te lleves comisión... ja ja ja ... es que lo has vendido maravilla... me entran ganas de salir a comprarlo a primera hora de la mañana...

    me gusta como lo cuentas...

    sobre la muerte, el otro día decía mi hija adolescente... que le daba miedo morirse porque un día (después de varias generaciones) se moriría la última persona que la recordara y entonces sería como si nunca hubiese existido.

    bicos,
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  11. Yo adoro a Philip Roth (con Coetzee, con el que guarda tantas similitudes) me parece el escritor vivo más importante en lengua inglesa. Cuando leí esta "Elegía", tan breve y tan intensa, me sobrecogí. Me parece, en su reducido tamaño, una inmensa reflexíón sobre la vida y la muerte, y el doloroso proceso de vivir, que es lo mismo que envejecer.
    Lo relaciono también con el extraordinario documental "Las alas de la vida" que narra la vida del médico gallego, instalado en Mallorca, Carlos Cristos que se enfrenta a una terrible y extrañísima enfermedad que le ha puesto fecha (de caducidad) a su vida. Cuando la vi en "Versión española" no hace mucho, me sobrecogió y maravilló a partes iguales, a la vez que me enamoraba del personaje, un prodigio de lucidez y sentido del humor.

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  12. Si me ha dado miedo la muerte, alguna vez que el barquero de los dioses me tenía preparado el billete que yo no habia comprado, ha sido, no por ir como diria el poeta, a la fosa común del tiempo y del olvido, sino por la gran duda de saber si yo también iba a olvidar a las personas que he amado. Leeré el libro.
    Un cordial y atento saludo para todos. La estrella de Tauro.

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  13. Las campanadas de la iglesia oscurecían aun más la mañana. Los pájaros cruzaban el cielo para huir de la lluvia y de aquél repicar que anunciaba una nueva muerte. El día estaba tan frío y gris como su alma. Su vejez era ya una cuenta atrás imparable, un paso más hacia el final.
    Llevaba el traje humedecido por el chaparrón. Abrió la puerta del armario y justo allí estaba la ropa de su mujer. La soledad era esto, pensaba, recuerdos que hieren como alfileres en el alma y empañan la mirada con gotas de agua de mar, mirar hacia cualquier rincón y volver al pasado. La habitación estaba llena de recuerdos cargados de silencios; los gritos por una enfermedad que desde el principio anunciaba la palabra muerte.
    Abrió un cajón y encontró los envases de las patillas que ella tomaba al acostarse. Revolvió toda la casa buscando cualquier indicio que le recordara al verdugo que mató a su mujer. Agarró una bolsa de basura para verter en ella los medicamentos, radiografías, informes médicos... y la llenó de rencor.
    Salió a la calle en dirección a un contenedor de basura con cara de pocos amigos. Mantenía la bolsa alejada de su cuerpo apretándola con fuerza estranguladora a cada paso que daba. Como si en ella llevase atrapada la enfermedad, le lanzaba toda una sarta de improperios y maldiciones que le venían a la mente. Cuando llegó al contenedor la estrelló contra el fondo con odio. Al sufrimiento sólo se le puede odiar.

    Buscador.

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  14. No he leído nada de Philip Roth, pero me apunto ESTE.

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  15. Vaya Sirena, ¡qué notables palabras y encuentros se suceden aquí en tu ventana!

    Gracias otra vez

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  16. Hola Sirena:

    He leído con enorme entusiasmo tu comentario de este libro. Me regalaron un libro de Roth "Pastoral americana" No sé si lo has leído ¿me lo recomiendas? Pero estoy saliéndome del tema que nos compete, es decir, "Everyman". Me ha dejado cautivada todo lo que he leído del libro, tus palabras me han conducido de manera plácida por un libro cuya temática argumental es verdaderamente atrayente.

    Me parece que la muerte de los otros es el morbo más perverso y masoquista que puede tener cualquier ser humano. Al fin y al cabo ¿Nos morimos todos? Pero la muerte es sólo cuestión nuestra y la vejez también.

    cuando estudié psicología hice un trabajo de investigación precisamente sobre los viejos. Siempre me ha atraído este tema del cómo afrontar la muerte inminente cuando en realidad la muerte es algo abismal, es el vacío más grande que existe. No sé, me parece que debe ser interesante pero a la vez bastante impactante.

    Me has dejado con ganas de comprar el libro. Seguiré pasando por aquí. Me ha gustado mucho tu blog.

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  17. El azar una vez más. La encuentro en Argamenón y me digo: bueno, vamos a ver... y allí aparecen usted y Roth. Me da un vuelco el corazón. 30 años leyendo a Roth con más que pasión, con mayor ilusión cada día que pasa. Recomendándolo a unos y otros. Un Roth que no deja de sorprenderme y llevarse mis noches, como ha sucedido hace pocos meses con "Sale el espectro".
    Me acuerdo, entonces, de lo que escribí a una querida amiga en la escuela de letras, a la que trataba de explicarle las emociones que me producían sus textos, en este caso la novela de la que usted ha hablado con gran acierto y enorme interés para cualquiera que se acerque a su escrito.
    Esto es lo que le escribí. Lo traigo aquí sin otra pretensión que unirme a su reconocimiento por este maravilloso escritor, tan vital y tan lleno de rabia por vivir.
    "Me gusta la imagen del poeta Adam Zagajewski: “los lectores se aburren pronto y ahogan los libros como si fueran gatitos recién nacidos”. Es lo que me ha pasado con “Kafka en la orilla”, de Haruki Murakami. Creo que la publicación de “Tokio Blues” con 20 años de retraso ha confundido al lector español. Él no está por el realismo de “tokio” sino por el simbolismo de sus otras obras, como “ Crónica del pájaro que da cuerda al mundo”. Y ha sido excesivo para mí continuar con este último libro suyo. Todo lo contrario que con la “Elegía” de Philip Roth. Me he sentido enardecido. Abrumado. Es un tema que obsesiona al autor desde siempre, y más dadas sus actuales circunstancias. La muerte, la enfermedad, las derrotas de la vida y sus estragos. Pocos como Roth para hablar de esto con la sencillez de quien se sabe elegido. Resulta todo tan natural, tan espantosamente cotidiano. Son las imágenes tan intensas y desgarradoras; los diálogos tan precisos que me eriza el vello y tengo que parar la lectura unos minutos. Paro y vuelvo después de lavarme la cara. Antes eran las seis de la tarde y después cuando me miré al espejo ya eran las tres de la madrugada y en la amanecida cerraba el libro, conmocionado, perdido, ausente, ¿y ahora qué?, me dije, ¿por dónde seguir? ¿qué hago con esta hora de mi vida? Le recomiendo también la reedición de “La contravida”. Incide en el hecho presente y aporta modos y maneras de entender la cuestión judía y mucho más. Creo que lo que hace grande a Roth es que su otra gran pasión, la pulsión sexual provoca que la caída del vigor físico se viva como un drama de dimensiones cósmicas. Eros y Tanatos, cómplices del destino humano, de su epopeya como civilización".
    20/10!2007
    Mi reconocimiento y mi enhorabuena por tan excelente texto.

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  18. Creo que leí en "Memorias de Adriano" de M. Yourcenar algo así como que la meditación sobre la muerte no enseña a morir y no facilita la partida...yo añadiría: nos enseña a vivir.
    P. Roth es un autor que según dice es el mejor autor americano vivo pero yo no he leido nada de él.Lo tengo en la reserva y después de leer tu magnífica reseña me ha interesado mucho.
    Saludos cordiales.

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  19. Que si hay libros que atrapan....el último que leí (de vez en cuando me da por ahí) "La Carta Esférica" de Arturo Pérez Reverte, me atrapó totalmente, la historia de un marino sin barco, desterrado del mar a quien rescata una mujer (siempre las mujeres) para una aventura marina. Como me gusta sentirme libre y no quiero estar atrapado por nada (con las mujeres soy mas fácilón) me pensaré detenidamente el leer esta novela, eso, llamarme inculto por leer poco, lo reconozco, cada uno es como es, me cuesta arrancar, pero lo pensaré, lo prometo. Gracias sirenita por tu descripción, aunque a mi eso de testamentos, muerte, vejez, sobrevivir, no me va mucho, si me dieran a elegir eligiría la muerte a sobrevivir en un hospital o residencia por mi y por los mas allegados.

    Como siempre magnífica sirenita....no has pensado alguna vez dedicarte a esto de escribir profesionalmente???.......me tienes atrapado.

    Un Caballito de mar

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